Pilar Escandell, gerente de Catering S’Olivera, dirigiéndose ayer a los padres. | Luciana Giannini

El colegio S’Olivera acogió ayer por la tarde una reunión informativa del Catering S’Olivera ante casi un centenar de padres del ciclo de infantil con el fin de informarles sobre los detalles relacionados con un contagio que sufrió un grupo de niños del ciclo de infantil al verse afectados por la bacteria Campylobacter. El encuentro fue presidido por la gerente del catering, Pilar Escandell; el jefe de cocina, Vicent Marí Ribes; el director del Proyecto pedagógico y encargado de comunicación, Damià Massanet; la veterinaria Elena Bahamonte; el propietario de la carnicería Los Gallegos, Javier Gallego; la directora del colegio, Lola Ferrer y la jefa de estudios, María Llenas.

Durante el encuentro, que comenzó algo distante ante la preocupación generalizada, los diferentes portavoces explicaron distintos aspectos de los protocolos y procesos que lleva a cabo el catering hasta que la comida llega a los niños en el colegio. Desde la empresa quisieron dejar claro es que cumplen diariamente no sólo con las pautas exigidas oficialmente sino con las suyas propias que exceden a las anteriores. El contagio se debió producir el jueves 26 de abril cuando el menú incluyó ‘pollo a la plancha con brócoli’ y ese sábado comenzaron a recibir avisos de que habían niños con vómitos y diarrea. Algunos de esos niños fueron llevados a urgencias o a su médico, muchos padres señalaron que hubo pequeños con diarrea durante 6 días, y algunos de estos profesionales dispusieron las analíticas correspondientes; ya que si más de un niño de un mismo centro presenta estos síntomas es lo que marca el procedimiento. Debido a esto Sanidad se presentó sorpresivamente en las instalaciones del Catering S’Olivera para llevar a cabo las auditorías e investigaciones pertinentes sin encontrar incidencias.

Pilar Escandell, gerente del Catering S’Olivera, señaló tras la reunión que «después de 4 horas de auditoría de Sanidad el acta refleja que pudo deberse a una contaminación cruzada o que no fuera sometido a más de 65ºC». Recalca este hecho como ‘posible’ «porque después de analizar todos los protocolos, los procedimientos y de entrevistar a todos los trabajadores no se ha podido demostrar donde se ha producido la infección o el contagio de los niños con la bacteria Campylobacter».

Y agregó que «ya cumplíamos con todos los protocolos y ya llevábamos trabajando 12 años sin ningún tipo de incidencia» y es verdad que a partir de ahora y de la mano del Laboratorio Dr. Marí «incrementaremos la cantidad de auditorías internas y seremos más rigurosos de lo que ya éramos». A partir de ahora, por ejemplo, se controlarán hasta 6 salidas de cocina de temperatura, se reciclará a los trabajadores en manipulación de alimentos, se continuará formando anualmente a los trabajadores y se pedirá a los proveedores de carne análisis semanales de esta bacteria.

Sólo ha ocurrido este contagio entre alumnos de infantil del CEIP S’Olivera, de entre los cuales sólo se confirmaron a través de los protocolos oficiales hasta 5 casos, entre los 1,500 alumnos de 24 centros de la isla a los que dan de comer a diario.