Podemos mostró ayer su «preocupación» ante el hecho de que Balears duplique su población en verano por la presencia de turistas y abogó por «tomar alguna medida» para limitar o escalonar la llegad de cruceros. La portavoz parlamentaria adjunta de la formación morada, Laura Camargo, preguntará hoy por este asunto a la presidenta Armengol.

Aunque Camargo valoró de manera positiva algunas de las acciones del Govern que «están limitando los efectos negativos» del turismo –y atribuyó a su partido el mérito de que se hayan tomado–, las consideró insuficientes y dijo que «aún se debería ir más allá».

Lo que Camargo quiere preguntar a Armengol es si comparte la propuesta del alcalde de Palma, Antoni Noguera (Més), de abrir negociaciones con APB para evitar que coincidan tantos cruceros en la ciudad y de buscar otras vías de acceso. Camargo admitió que lo ideal sería poder «controlar» la llegada de visitantes en puertos y aeropuertos pero que ya sabe que el Govern no tiene competencias. En realidad, tampoco el Gobierno de España podría poner límites a la libre circulación en el ámbito de la Unión Europea (UE).

Con la pregunta de Camargo, la polémica sobre los cruceros llega al Parlament y es previsible que, a partir de ahora, se susciten interpelaciones o mociones sobre esta cuestión.

Camargo valoró de forma positiva que el impuesto turístico se extiende a los cruceros con independencia de las horas que permanecieran atracados en el puerto de Palma. Inicialmente no era así.

Por su parte, la portavoz parlamentaria del PP, Margalida Prohens, criticó «las medidas prohibicionistas» del Ejecutivo y añadió que «la gente ya hace chistes de la obsesión de este Govern por prohibirlo todo».