José Corraliza (Madrid, 1973) ha cogido esta temporada los mandos de la Asociación Ocio de Ibiza, que representa a 29 establecimientos de ocio punteros de la isla entre hoteles, restaurantes, discotecas y beach clubs en sustitución de Christian Brown. Unos negocios que suponen alrededor de 2.000 puestos de trabajos directos y 1.000 indirectos en la isla de las más de 10.000 personas que viven del ocio en Ibiza. El flamante presidente de Ocio de Ibiza, que también es el director general de Heart Ibiza, tiende la mano a las administraciones insulares para trabajar y mejorar la oferta existente en beneficio del turismo, un sector que supone el 14 por ciento del PIB español.

—¿Qué objetivos tiene su asociación, Ocio de Ibiza?

—Los objetivos son posicionar, promocionar y seguir mostrando qué es el ocio de Ibiza a todos los niveles y hacer que la gente se sienta orgullosa de él.

—¿Cómo son sus relaciones con las administraciones locales?

—En la asociación tenemos un histórico de crear lazos y colaborar con todos los ayuntamientos y el Consell y trabajar de la mano con ellos. Ahora entramos en una fase en la que queremos reforzar estos lazos, que sean duraderos, e intentar acercar lo que representa el ocio de Ibiza con las regulaciones y promoverlo juntos.

—En las últimas semanas hemos visto cómo ayuntamientos como el de Sant Josep y el de Sant Joan preparan normativas para prohibir la instalación de más beach clubs en sus municipios. ¿Están de acuerdo en que esta oferta no tiene que crecer más?

—Antes de plantearse crecer lo que hay que hacer es cuidar lo que hay y hacer que funcione y que se gestione bien. Hay que intentar no crecer por crecer sino apostar por la excelencia en vez de por el volumen y por la calidad en vez de la cantidad.

—Hace bastantes años un empresario del ocio nocturno vino a decir, exagerando un poco, que sin las discotecas en Ibiza prácticamente nos moriríamos de hambre. ¿Piensa lo mismo?

—Todo ha evolucionado, pero no hay ninguna duda que tenemos el mejor ocio del mundo. Esto es algo muy positivo, es para sentirnos orgullosos y nuestro trabajo es que este impacto no cree problemas y que aporte a la isla. El ocio, no sólo el nocturno, es para todos y aúna mucha de la oferta que tiene la isla, no sólo son discotecas sino también hoteles, restaurantes, bares, las zonas rurales, el bullit de peix... Esto es ocio y hay que protegerlo porque la gente nos mira y quieren ser como nosotros.

—Uno tiene la sensación que cada vez hay más gente que ve a las discotecas, beach clubs y otros establecimientos de ocio como los causantes de los grandes males de nuestra isla. ¿Qué hacen para combatir esta mala imagen entre los residentes?

—Si existe esta mala imagen es nuestro deber hacer que desaparezca a base de trabajo y esfuerzo. Hay mucho intrusismo y nosotros apoyamos que se controle, que nadie venga a dañar la imagen del ocio y preservar la convivencia con los residentes.

—Las discotecas no cumplen los horarios de cierre que marcan las ordenanzas municipales. ¿Es esto cierto?

—Los beach clubs están obligados a cerrar a las doce y nuestros socios cierran a las doce. Somos 29 establecimientos, no representamos a todo el ocio de la isla. Hay que respetar las normativas existentes y entre nuestros asociados se cumplen. Si hay gente del ocio que no las respetan pues es un problema.

—También se comenta muchísimo que a Ibiza vienen muchos empresarios extranjeros en verano para hacer su agosto y que de lo que ganan no revierte casi nada en la isla. ¿Son éstos los que generan la mala imagen?

—No sé si son ellos pero en nuestra asociación tenemos muy claro que queremos aportar al desarrollo deportivo, cultural y en el tejido asociativo de la isla. Hemos participado con el Proyecto Juntos, con la karateka Cristina Ferrer, con el Banco de Alimentos, Mar Blava,... En definitiva, buscar fórmulas para que el ocio sea un participante activo en la sociedad.

—Después de muchos años no ha abierto ninguna gran discoteca en invierno. ¿Es inviable que una discoteca esté abierta todo el año?

—Abrir un negocio tiene sus gastos y quizás en invierno es más difícil compensarlos. En nuestra hoja de ruta tenemos ampliar la temporada, intentar tener más oferta y el ejemplo de la convención de Mercedes es claro: un evento así que aporta a la isla visibilidad y que trae gente de todo el mundo es algo muy importante para toda la isla y hay muchos negocios que se benefician de ello. Creo que deberíamos ir hacia esto porque la oferta de Ibiza no existe en ningún sitio. Se puede abrir e intentar ampliar la temporada para que también haya menos presión en los servicios públicos y que los empresarios también tengan menos presión para sacar beneficios en poco tiempo.

—A principios de la legislatura los alcaldes de la isla anunciaron que se llevaría a cabo una unificación de horarios que todavía no se ha producido. ¿Estarían a favor de esta unificación horaria?

—Es importante que haya una unificación horaria y también de criterio a nivel estratégico de lo que es el ocio. Es más importante ver más a largo plazo hacia dónde se quiere ir visto la curva de crecimiento increíble en Ibiza. También se dice si se ha tocado o no techo y creo que es el momento de unirse y ver hacia dónde queremos ir, qué tipo de colaboración va a haber con las administraciones para ir juntos de la mano y consensuar políticas.

—En los últimos años muchos empresarios han apostado por enfocar su negocio hacia el sector del lujo. ¿Sigue siendo éste el camino a seguir o este tipo de oferta ya ha tocado techo?

—Creo que no se ha tocado hecho, pero el negocio del lujo es muy volátil y pasajero por lo que entiendo que hay que ir hacia el turismo de calidad y excelencia. Esta es la dirección en la que deberíamos ir y con el claro objetivo de mejorar la calidad, el servicio y la oferta que tenemos. Ya se ha visto el verano pasado que la isla está masificada, que está todo sobredimensionado.

—¿Corremos el peligro de que Ibiza pase de moda?

—Ibiza es una de las marcas mundiales más importantes. Ibiza ha llegado a una representación de calidad que es todo un referente mundial. Aunque intenten vendernos que hay otros destinos nadie tiene lo que hay aquí por mucho que nos intenten copiar. Por mucho que desde fuera intenten hacernos ver que estamos muriendo de éxito o que estamos pasados de moda, en absoluto; tenemos que ser los primeros en creer que esto no es verdad. Ibiza como marca y como destino de referencia a nivel mundial no va a pasar de moda.

—¿Los precios que se pagan en Ibiza están en consonancia con los servicios que se prestan?

—Ibiza es cara. Para el personal que viene a trabajar aquí, la vivienda, la comida, los servicios... El negocio está condensado en pocos meses y se refleja en los precios. Si un empleado no puede venir aquí porque paga mucho del alquiler de la vivienda, le tienes que pagar más, tienes que subir los precios y el cliente se queja. Es una cadena que nunca se rompe a menos que se regule. Se tendría que regula la calidad–precio para que si se suben los precios el servicio esté acorde con lo que se paga.

—¿Ocio de Ibiza cree que hay saturación y que sería mejor que viniera la misma gente pero repartida en más meses de temporada?

—Ahora mismo el modelo es así, quizás habría que revisarlo. Pero tendríamos que ser capaces de sentirnos orgullosos de que el ocio atraiga a tanta gente. Obviamente si la oferta estuviera más escalonada habría menos presión tanto en los servicios públicos como a nivel empresarial.

—Los empresarios de Pimeef y el BBVA han alertado esta semana que la economía ibicenca se frena. ¿Les preocupa?

—Una desaceleración no significa un retroceso. Ha habido un crecimiento tan rápido que puede existir la sensación de que la cosa se esté estancando. Creo que es un reajuste y por esto hay que ser proactivos en analizar los datos y crecimientos tan rápidos necesitan de procesos para estabilización y mejorar la oferta.

—Usted también es el responsable de Heart Ibiza. Después de tres años, ¿han encontrado ya la tecla definitiva del éxito?

—Nosotros, por naturaleza, nunca encontraremos la tecla definitiva del éxito porque nuestra idea es intentar renovar y cambiar. Nuestra filosofía es intentar aprender de los fallos, darle una vuelta de tuerca al concepto. Nosotros no creemos en la palabra posicionamiento porque cuando te posiciones es malo. Hay que intentar mejorar en calidad, en cariño, en contenido... Estamos muy contentos de la temporada pasada, también somos muy conscientes en lo que fallamos y estamos intentando corregirlo y mejorarlo para la temporada que viene.

—¿Nos puede avanzar las novedades de esta temporada?

—Llevamos desde noviembre en los talleres de Barcelona con Albert (Adrià) desarrollando el nuevo concepto de este año. Cada año cambiamos menús, espectáculos y mejoramos conceptos porque lo único que hacemos durante la temporada es tomar notas y notas. Los meses de octubre y noviembre son para procesar y empezamos inmediatamente a trabajar en el taller, un proceso creativo increíble y fascinante en todos los sentidos: la colisión de comida, arte y música es casi inimitable y nos volvemos locos pensando y soñando e intentando aplicarlo en los próximos meses.