El PP de Vila denunció ayer el retraso de tres meses que acumula la implantación del sistema de control de acceso al tráfico rodado en los barrios de Dalt Vila y la Marina que debía estar operativo desde enero, según el contrato administrativo firmado entre la empresa Aceinsa Movilidad S.A. y el Ayuntamiento de Eivissa.

Los populares criticaron que el equipo de gobierno no hubiera aprobado hasta este lunes el Plan de Seguridad y Salud del Trabajo redactado por el contratista ni hubiera nombrado a los técnicos encargados de la dirección y del control técnicos de la ejecución de la obra.

El plazo para instalar el sistema, remarcaron desde el PP, acabó el pasado enero y el acta de inicio tendría que haberse firmado este mismo mes. «A dos semanas de Semana Santa y, por tanto, 14 días del inicio de la temporada turística, nos encontramos sin un sistema de control que regule los accesos al tráfico rodado en los barrios de Dalt Vila y la Marina y ante unos vecinos que desconocen cómo se regulará el acceso a sus domicilios», señalaron.

Desde el PP recordaron además que todas las tarjetas de estacionamiento autorizado de los residentes de Dalt Vila caducaron hace tres meses sin que hayan sido renovadas por el Ayuntamiento «a la espera de un sistema que no acaba de llegar».

El grupo popular pedirá explicaciones al equipo de gobierno en el próximo pleno municipal por su «desastrosa actuación» en este asunto y reclamará la puesta en marcha «con carácter de urgencia» de medidas que garanticen a los vecinos de estos dos barrios del núcleo histórico el acceso a sus domicilios y el estacionamiento en sus calles.

Respuesta del Ayuntamiento

El equipo de gobierno municipal, por su parte, respondió a las críticas asegurando que las obras, con un presupuesto de 70.000 euros, se iniciarán hoy mismo. Fuentes municipales justificaron el retraso en la implantación del nuevo sistema debido a «la necesidad de contar con todos los informes de Patrimonio, ya que el espacio donde se desarrollarán está dentro de la protección del Pepri».

Asimismo, aseguraron que, en el caso de que las obras no estuvieran acabadas en Semana Santa, se pondrían en marcha sistemas de control de acceso alternativos como ya se hizo el verano pasado.

El nuevo sistema de lector de matrículas se implantará en dos fases. Primero se habilitará la lectura de matrículas sin bolardos, de manera que se leerán las matrículas de los vehículos que accedan a la zona para sancionar a los que no lo tengan permitido. Más adelante, este sistema se completará con un bolardo automático que subirá y bajará para dar acceso únicamente a los vehículos autorizados.