Pablo Abraira (Madrid, 1 de julio de 1952) responde al teléfono con voz calmada en medio de uno de los ensayos para el concierto que ofrece mañana en la Paella musical que organiza en Sant Antoni la Asociación Músico Cultural Retro. A pesar de ser uno de los cantantes más importantes de baladas románticas y de musicales en España durante varias décadas, con éxitos como Gavilán o paloma, O tú o nada o Pólvora mojada y Jesucristo Superstar o Evita casi nos obliga a la segunda pregunta que le tuteemos y se muestra amable y cercano. Actualmente triunfa en Chile mientras protagoniza obras de teatro y la ópera El amigo de Picasso.

—¿Será su primera paella musical?
—Pues sí. Y tengo muchas ganas. De hecho he dejado por unos días lo que estaba haciendo en Chile para viajar a Madrid y después a Sant Antoni.

—¿Qué es lo que le ha convencido?
—Un poco de todo, pero fundamentalmente Pepe Pilot, presidente de la Asociación Músico Cultural Retro. Entre nosotros hay gran afinidad desde el primer momento en el que recibí su llamada y luego me he dado cuenta que es un tipo estupendo.

—¿Escucharemos Gavilán o paloma en Sant Antoni?
—Claro que sí. Cuando uno prepara un concierto siempre tiene la ilusión de tocar temas nuevos pero al final siempre pasa lo mismo, la gente quiere escuchar los que más conoce. Temas que forman parte de la banda sonora de su vida y que trasladan a sus vivencias personales.

—Yo la escuchaba bastante en casa. A mi me madre le encantaba.
—Eso es lo que quiero decir... las canciones no son importantes ni siquiera el cantante... el público es el que las hace inmortales porque las asocia a su primer amor, a su juventud o a odiosas tardes con la canción sin parar de sonar.

—También eran otros tiempos. Las canciones tenían más vigencia.
—Por supuesto. Ahora, salvo Despacito, las canciones apenas tienen recorrido en las radios o en la memoria de quienes las escuchan. Y, por eso, no las podemos asociar con nada. Al final es el resultado de los cambios de nuestra sociedad.

—Aquellos eran tiempos en los que esperábamos con muchas ganas la canción del verano...
—Es verdad. Y fíjate, en el caso de algunos éxitos míos como Gavilán o paloma o Pólvora mojada ni siquiera salieron en verano. Empezaron a sonar en febrero y fueron capaces de sonar varios meses. Eso ahora sería impensable.

—Usted se hizo conocido por Gavilán o paloma. ¿Cuál fue el secreto de aquella canción para que se haya convertido en historia viva de nuestra música?
—Sinceramente creo que fue cuestión de suerte. (Risas). Gavilán o paloma es buena, no le digo que no, pero al final también influyó la época en que se hizo, el tipo de gente que la escuchó... una serie de factores que confluyeron para bien. Si supiéramos seguro el secreto de su éxito lo hubiéramos repetido sin cesar. [Risas]

—¿Por qué no se hay éxitos como los de los 70 actualmente?
—Ojo que también se hacen cosas muy interesantes actualmente, pero puede que sea por una confluencia de factores. Ahora hay menos tiempo para componer un tema y menos trabajo para músicos como los de antes y que para mí no son los dj’s. Los respeto profundamente pero, para mí no son músicos como yo lo entiendo. De hecho, yo vengo a Sant Antoni acompañado de Víctor Alonso, un gran pianista, y no paro de dar de conciertos porque soy un defensor a ultranza del directo.

—Muchos músicos dicen que lo mejor de su profesión es el contacto con el público.
—Y es verdad. La música es algo vivo y no hay nada mejor y más gratificante que estar delante de la gente. De ahí la importancia de ser un buen músico.

—¿Eso lo aprendió en los musicales? Fue uno de los pioneros en nuestro país.
—Bueno, el gran pionero de los musicales en España fue mi querido Camilo Sexto con Jesucristo Superstar. Yo luego cogí su papel una década después, en 1984, pero ya antes había interpretado al Che, en Evita. Además he trabajado con el Centro Dramático Nacional y en el teatro porque siempre me ha encantado conjugar ambas cosas. Es fascinante.

—De hecho no para. Creo que está metido con otro musical...
—Es verdad. Actualmente estamos con la ópera El amigo de Picasso. En ella juntamos sobre el escenario música clásica y jazz. La música es de Ramón Farrán, el libreto de Santiago Miralles y está pensada para tres actores-cantantes y un pequeño cuerpo de baile español contemporáneo. De hecho, conmigo actúan Víctor Ullate Roche y Natalia Farran.

—Alguien con su trayectoria. ¿Qué opina de programas como Operación Triunfo o La voz?
—Bueno, yo no soy nadie para valorar ciertas cosas pero si estoy un poco cansado de que tanto en la televisión como en la sociedad todo esté enfocado a la competitividad. Todo es Master Chef, Master Single... parece que si no hay pelea o lucha no puede haber emoción. Y creo que en la televisión actual faltan más programas de música. Sólo de música, como había antes. En fin que volvemos a lo de antes, falta música en directo.

—¿Cree que la música de los djs en una discoteca es música en directo?
—Respetándolo profundamente creo que no porque no hay músicos involucrados. Es como cuando vas a un restaurante, si quieres que haya comida creo yo que tendrá que haber por medio un cocinero. ¿O no?

—Y ya la última, ¿cree que su carrera está reconocida lo suficiente?
—[Risas]. No soy yo el que tiene que decirlo pero en España siempre tendemos a valorar más lo que viene de fuera. También es típico que te reconozcan más fuera de España que aquí.

—Sólo se acuerdan de ti cuanto te mueres...
—Es verdad. Entonces todo el mundo habla de ti muy bien y es una pena, porque ya no te estás enterando. [Risas].

LA CITA

PAELLA MUSICAL

Día: Domingo 3 de febrero

Hora: Desde las 13.30 horas

Lugar: Passeig de ses Fonts (Sant Antoni)

Organiza: Asociación Músico Cultural Retro