Cinco días lleva en el cargo y ya lleva un asunto entre manos. Alguien que no identifica le detalló «unos hechos que afectan a un organismo público» y le citará para verse con él. Jaime Far (Palma, 1971) tomó posesión este pasado martes como director de la Oficina Anticorrupción de Balears asegurando que cualquier persona estaba «condenada» a corromperse.

¿También usted está «condenado» a corromperse?

—Recogí esa expresión de un libro del juez Baltasar Garzón que se llama El fango y lo que pretendía era poner énfasis en el ámbito de la prevención. Dije que confiaba, y confío, en que la puesta en marcha de la Oficina sirviera para no caer en esa tentación. No quería decir que todo el mundo puede ser un corrupto, pero sí dejar claro que la posibilidad está ahí.

¿Hay un determinismo que lleva a la corrupción en la política?

—No me refería sólo a la corrupción política. También pensaba en los contribuyentes y en el fraude. Es como cuando no pagas el IVA. No existe un determinismo que te lleve a la corrupción, pero la posibilidad esta ahí. Mi experiencia profesional como inspector de Hacienda me lleva a pensar que todos somos buenos hasta que dejamos de serlo.

Su sueldo es muy elevado: 95.000 euros al año

—Es el que se fijó y es opinable si es alto o bajo. Hay otros sueldos que están por encima de los de la presidenta del Govern, sobre todo los que ocupan funcionarios. Lo que no podía hacer era perder dinero.

¿Un sueldo alto blinda contra la corrupción?

—No, la corrupción depende de las posibilidades y el momento.

¿Todos tenemos un precio?

—Eso forma parte de la naturaleza humana. Una gran mayoría de casos de corrupción están vinculados a constructoras que mueven mucho dinero.

¿Qué perfil busca para el equipo que formará parte de la Oficina que dirige?

—Pretendo un equipo de máxima cualificación. Sin desmerecer a nadie, necesitamos gente altamente cualificada y con mucha experiencia. Haremos un concurso de traslados abierto a cualquier funcionario de la Administración pública. Me gustaría arrancar lo antes posible, pero soy consciente de que para este año tenemos un presupuesto limitado de 500.000 euros. El equipo de 15 personas no se completará de una vez, sino poco a poco.

¿Incomoda la Oficina Anticorrupción en la Fiscalía?

—Desde el momento que hable con la Fiscalía, no le incomodará. Estaremos a su disposición y pondrá en su conocimiento todos los casos que lleguen y que no haya investigado previamente. La colaboración con la Fiscalía es imprescindible. Por ejemplo, nosotros no podemos investigar cuentas bancarias y tampoco tenemos, de momento, acceso a datos de la Agencia Tributaria.

¿Balears es especialmente corrupta?

—No, la corrupción no depende del color político ni geográfico. Lo que sí es verdad es que aquí la Fiscalía ha sido muy activa y ha investigado, y que la Agencia Tributaria puso todos los medios.

¿El de los contratos de Més es un caso de corrupción?

—Es un asunto del que ya se ocupa la Fiscalía y en el que esta Oficina no puede entrar. Pasó los filtros de Intervención y Contratación pero hay una relación muy directa entre el que pagaba y el que cobraba, podían ser las mismas manos.

Su mandato excede la legislatura y a quienes le han elegido ¿Será un cargo incómodo para el Govern?

—No soy un cargo político. Voy a ser imparcial, independiente y autónomo.

EL APUNTE

Uno de los ‘intocables’ de Burillo

No es ningún secreto, y el propio Far lo confirma en esta entrevista, que la mayoría de casos de corrupción política que ha investigado la Fiscalía y que han terminado con condenas partió de la colaboración de ésta con la Agencia Tributaria de la que el responsable de la Oficina de Prevenció i Lluita Contra la Corrupció (que es su nombre oficial) fue director adjunto con Raúl Burillo. Inspector de Hacienda, uno de ‘los intocables’, llega al cargo después de haber sido propuesto por la izquierda. Fue Més quien puso su candidatura sobre la mesa. Su mandato es de cinco años.