Imagen del albergue en la calle Carles III de Vila. | Daniel Espinosa

La situación de inseguridad que, según los comerciantes de es Pratet, se vive en el barrio desde hace años no está relacionada con la presencia del albergue municipal en la calle Carles III. Es la opinión del delegado episcopal de Cáritas en Ibiza, Miguel Ángel Riera, que sostiene que los usuarios del servicio de acogida municipal no son los autores de los robos que padecen algunos negocios del barrio, en respuesta a los testimonios de diferentes dueños y empleados de comercios de es Pratet que apuntaban a este perfil de personas como los responsables de los hurtos.

Riera argumentó que la gente que vive en el albergue está inmersa en diferentes proyectos de reinserción y «no tiene necesidad de robar». «No se puede acusar a esta gente sin tener pruebas», afirmó Riera quien añadió que la gente que acude al albergue «está en reinserción y no creo que se la jueguen».

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El delegado episcopal de Cáritas dijo comprender el malestar de algunas personas del barrio por tener que convivir con un centro de estas características: «Nadie quiere tener un albergue al lado de su casa», aseguró. Sin embargo, Miguel Ángel Riera cree que los comerciantes «tienen que pedir más control policial» para garantizar la seguridad en los comercios del barrio.

Según señaló, los responsables de los robos y de las molestias que apuntan los vecinos y comerciantes de es Pratet, que se quejan de que algunas personas beben por la noche en la calle y se orinan en los portales, no son los veinte usuarios que tiene el albergue. «La gente que acude al albergue no orina en la calle porque aquí tienen cuartos de baño. Una cosa es que haya gente en el barrio que haga esas cosas y otra muy distinta es que sean usuarios del servicio de acogida», afirmó.

El delegado episcopal de Cáritas considera que las acusaciones de los comerciantes «tiran por tierra el trabajo de muchos años» y dañan a personas que «están luchando por salir de una mala situación». Riera concluyó apelando a la solidaridad de los ciudadanos de Ibiza para mejorar «entre todos un grave problema que tenemos en toda la isla».