Gran seguimiento de la manifestación del domingo en Maó. | Gemma Andreu

Alrededor de 1.500 personas se manifestaron el domingo en Menorca para rechazar que el catalán sea un requisito para acceder a una plaza en el sector sanitario. La movilización convocada por la plataforma Mos movem fue calificada por los organizadores de éxito rotundo. «Superó las previsiones optimistas que teníamos porque sí que esperábamos una respuesta, pero no una respuesta tan impresionante por parte de la sociedad civil», explica Claudio Triay, delegado de Simebal y médico de Urgencias en Menorca.
Triay, que ha sido gerente del hospital de Menorca, asegura que sabe «perfectamente» de lo que habla cuando en Balears «hay dificultades» para captar médicos. «Es terrorífico y si sumamos esta traba... es un suicidio», añade. En este sentido, dice que muchos les tildan de «anticatalanistas» y «están dudando de personas que somos menorquinistas al 100%. Es un insulto».
«Guerras de cifras»
Entiende y respeta que haya gente contraria a su opinión, pero intenta argumentar su posición haciéndoles una pregunta: «Imagínate que tienes una pareja que trabaja en cualquier ámbito y le ofrecen un trabajo en el País Vasco. Tú eres médico y te vas allí también, pero te dicen que si no sabes euskera, no puedes trabajar. ¿Qué te parecería?». Así, abogan porque el catalán sea un mérito que se enseñe dentro del horario laboral, «como se está empezando a hacer en Ibiza»; y no solo la lengua, también las costumbres y las tradiciones.
«En Ibiza está el problema de la vivienda que es terrible, el precio de los transportes... pero aquí también tenemos grandes problemas de comunicación», explica.
Claudio Triay no quiere debatir si había 1.500 o 3.000 personas en la manifestación y dice que «lejos de entrar en una guerra de cifras, la realidad es que no había visto a tanta gente en una manifestación en Menorca nunca. Me impactó».
De esta manera, explica que sus compañeros de Ibiza ya se han puesto en contacto con él para hacer «algo similar» en la isla. Triay espera que este «toque de atención» haga que los políticos escuchen a la calle y asegura que seguirán trabajando por derribar un decreto que no solo afecta a los profesionales sanitarios si no también a la ciudadanía de las islas. «Haremos más cosas. No será nada escandaloso, pero el efecto sorpresa cuenta», dice. En Ibiza, de momento, hablaban de una posible recogida de firmas en las próximas semanas.