Catalina Cardona cumplió un año más de vida rodeada de su familia.

Catalina Cardona celebró ayer su 101 cumpleaños rodeada de sus seres queridos. Esta vecina de ses Païsses nació el 11 de diciembre de 1916 en Can Gerra, en el pueblo de Sant Mateu d’Albarca, donde se crió en el campo con sus padres y sus nueve hermanos.

Se casó muy joven, a los 19 años, y toda una vida después asegura que no hay secretos para pasar la barrera de los 100 como ella. «Hay que ser valiente y no temer a nada. Si estás tranquila y no te preocupas demasiado por las cosas, vives mucho mejor», cuenta. Y es que no se puede explicar mejor. Cardona no ha tenido una vida fácil, pero dice que «más vale reír que llorar» para ser más feliz en el día a día. Ése es el consejo que deja en herencia a sus familiares.

Con siete hijos a los que adora, 14 nietos con los que se le cae la baba y 13 biznietos que, según dice, le alegran la vida, Cardona puede presumir no solo del cariño que recibe sino también de poder disfrutarlo. «He sido muy buena con ellos, pero ellos me lo devuelven. Y son más guapos que yo», dice entre carcajadas.

Tiene la cabeza en perfectas condiciones y es capaz de contarte un chiste, en este caso verde, aunque le dé vergüenza. Eso es lo que siempre le ha sacado una sonrisa y así lo aseguran los allegados que están con ella. Cada vez ve menos, pero sigue haciendo esfuerzos para ponerse al día con lo que pasa en el mundo. «Hasta hace poco leía el periódico, pero ahora con las cataratas he tenido un bajón y veo poquito. Miro la tele y, a veces, puedo leer las letras que aparecen por debajo», explica.

Gracias a su andador consigue moverse de un lado para otro, pero sabe que los años no pasan en balde para nadie. «Tomo calmantes por la ciática, pero todavía puedo soportar el dolor. Me tenía que haber operado de las rodillas, pero ya no tengo remedio», dice entre risas. Y es que esas piernas han aguantado carros y carretas. Por eso, todos los que la rodean la miman y la hacen sentirse como una reina. «Bueno, yo estoy mejor que una reina», dice riéndose mientras añade que «la Reina está muy delgada».

Le gusta comer, más aún teniendo un hijo cocinero que le hace, como ella dice, cosas «muy buenas». De hecho, asegura que cuando tiene hambre no sabe elegir porque le gusta todo. «Pero yo no me meto en la comida, es mi hijo quien me da una sorpresa con lo que hay y yo no lo sé hasta que lo veo», cuenta. Y las sorpresas le gustan, como a casi todos, aunque dice que «se me pone cara de tonta».

Catalina Cardona ha celebrado su cumpleaños de la mejor manera posible: con salud, con su familia y con muchas bandejas de dulces en la mesa. Y es que 101 años no se cumplen todos los días.