¿Te consideras una persona creativa?

La palabra Creatividad, viene del término latino “Creare” y significa, literalmente, engendrar.

Es la capacidad de generar nuevas ideas o conceptos originales a partir de nuevas asociaciones entre ideas y conceptos ya conocidos.

Es una habilidad típica del ser humano, aunque, está presente también, hasta cierto punto, en algunos primates superiores.

Como ocurre con otras capacidades del cerebro como la inteligencia y la memoria, engloba varios procesos mentales entrelazados que no han podido ser todavía completamente descifrados.

Nace de la imaginación y, no se sabe exactamente de qué forma las estrategias mentales entre el pensamiento convencional y el creativo son diferentes, pero, la cualidad creativa puede ser valorada por el resultado final.

La diferencia entre las personas altamente creativas y las relativamente no creativas no reside, como pudiera pensarse, en su nivel de inteligencia. Pero, la persona creativa puede diferenciarse de las demás en cuanto a los rasgos de su personalidad.

Hay muchas excepciones, pero, en general, se ha comprobado que las personas más creativas suelen ser introvertidas, necesitan largos periodos de soledad y parecen tener poco tiempo para lo que llaman trivialidades de la vida cotidiana y de las relaciones sociales. Suelen ser personas enormemente intuitivas y sensibles.

En general, las personas creativas presentan una serie de características comunes:

1. Manifiestan una gran curiosidad intelectual.

2. Observan y discurren de manera diferente.

3. Tienen en su mente muchísima información que pueden combinar, elegir y extrapolar para resolver problemas.

4. Demuestran empatía hacia las personas y hacia las ideas divergentes.

5. Pueden ser introvertidas.

6. No están pendientes de lo que los demás piensan sobre ellas y se hallan bastante liberadas de modas, restricciones y convencionalismos sociales.

7. No son conformistas en sus ideas, pero tampoco anti conformistas. Son más bien, auténticamente independientes.

8. Poseen capacidad de análisis y síntesis.

9. Poseen capacidad de redefinición, es decir, de reacomodar ideas y conceptos para utilizarlos de maneras nuevas.

La buena noticia es que la creatividad se puede estimular, y, de hecho, este tipo de pensamiento innovador es el que más buscan y premian actualmente las grandes empresas entre sus empleados.

Algunos consejos para estimularla serían:

1. Desarrollar nuestra capacidad de observación. Tecnologías que han tenido un gran impacto en nuestra sociedad han surgido a partir de la observación de la naturaleza.

2. Mezclar o combinar conocimientos. Tendemos a la especialización, pero, debemos saber conjugarla con el interés hacia otras áreas de conocimiento.

3. Investigar. En los niños existe una curiosidad natural por todo aquello que les rodea. En los adultos esa curiosidad nos impulsa a investigar, y a profundizar en el conocimiento de una determinada materia.

4. Alternar entre método y caos. Para agilizar el proceso creativo hace falta seguir unas reglas, una cierta sistematización. Pero un exceso de reglas puede inhibirlo y encorsetarlo, por lo que, pivotar entre ambos, puede dar mejores resultados.

5. Mezclar momentos de reflexión individual con pensamiento colectivo. Cada uno de nosotros resuelve las cosas de una determinada manera. Combinar nuestro propio estilo con el de otros, permite conseguir resultados más creativos.

6. Trabajar en equipos pequeños. Algunos estudios apuntan a que cuanta más información se comparte y más personas están involucradas, menor es la calidad del conocimiento generado.

7. Salir de nuestro marco de referencia. La educación, la sociedad y nuestras propias experiencias vitales han configurado nuestra mente para ver y entender el mundo de una determinada manera. Pero, nuestro modelo mental no es el único, ni el mejor. Asumir esto es el primer paso para poder mirar el mundo con otros ojos.

8. Dedicarnos a lo que nos gusta. La creatividad tiene mucho que ver con la pasión que ponemos en lo que hacemos. Cuando nos involucramos en una actividad que nos apasiona, experimentamos lo que Mihaly Csikszentmihalyi denominó “flow”: esos momentos en los que uno se siente poseído por un profundo sentimiento de gozo creativo, de concentración activa, de absorción en lo que se está haciendo. En esa situación, somos capaces de utilizar nuestras destrezas y habilidades al máximo.

9. Superar el miedo al fracaso. La creatividad tiene mucho que ver con la experimentación y para experimentar hace falta atrevernos a hacerlo, sin miedo al resultado. Se alimenta de nuestra capacidad para sorprendernos, entusiasmarnos y adentrarnos como niños en el mundo de lo desconocido.

10. Tomarnos nuestro tiempo. Hace falta trabajar e invertir tiempo y dedicación. Realizar actividades estimulantes, enriquecedoras y diferentes nos puede ayudar. Por ejemplo: leer mucho, escuchar música de estilos diferentes, viajar y conocer nuevas culturas, utilizar nuestras manos, probar comidas diferentes, utilizar caminos diferentes al desplazarnos, interesarnos por nuevos temas, relacionarnos con muchas personas diferentes, etc.

11. Alejarnos del problema. Se ha visto que las grandes ideas no surgen cuando estamos inmersos en la resolución de un problema, sino cuando, después de haberle dedicado un tiempo, nos alejamos de él y nos centramos en actividades cotidianas y triviales. Entonces, nuestro cerebro, que ha seguido buscando incansablemente, se «ilumina»y nos trae de repente esa solución única que estábamos buscando.

Y tú, ¿te consideras una persona creativa?