Foto de archivo del Hospital Can Misses.

El servicio de Urgencias del hospital Can Misses es el primero que ha tenido que recurrir a la exención del catalán para cubrir las interinidades ya que ninguno de los candidatos tenía el nivel exigido de catalán. «Nadie se ha quedado ni se va a quedar sin contratar mientras necesitemos médicos en Urgencias por el catalán», dijo ayer la jefa de Servicio de Urgencias de Can Misses, María Ángeles Leciñena. No obstante, la jefa de servicio asegura que la exigencia del catalán está generando dificultades para hacer las vacantes más atractivas. «Es cierto que la difusión que hemos hecho fuera de nuestra comunidad de las plazas que se ofertan es un hándicap para que la gente se presente al leer la exigencia del catalán», apuntó. No obstante, asegura que a los médicos interesados que ha contactado con ellos «les he dicho que no había problemas». La jefa del servicio de Urgencias asegura que se eximen del catalán porque no hay candidatos con el certificado del nivel B2 que exige la administración con el decreto de capacitación lingüística «porque si los hubiera la normativa actual prioriza el catalán frente a la capacitación profesional».

Enfermería

Por otra parte, el decreto del Govern sigue generando malestar en el sector sanitario pitiuso. En este caso, en Enfermería. Cristina Fernández es enfermera en el servicio de Urgencias de Can Misses, lleva 11 años en la isla y no quiere formar parte de «esta política» que impone acreditar un título de catalán para poder ejercer. De hecho, su caso es diferente. Ella es catalana de nacimiento, estudió Bachillerato y la universidad en catalán y obtuvo el nivel C en 2002 tras finalizar sus estudios, pero no le convalidan el título en Balears. «Tengo el nivel C de catalán y no me lo aceptan en la bolsa del IbSalut. Me dicen que si hubiera acabado en el 2003 sí, pero no es mi culpa haberlo hecho un año antes», critica. En este sentido, cuenta que la solución que le dieron en el Institut d’Estudis Eivissencs fue que hiciera un escrito presentando sus alegaciones o, si lo prefería, que se presentara a un examen de catalán. «Me fui a la Direcció General de Política Lingüística de Cataluña y me hicieron un certificado a nivel europeo. El problema es que ahora la bolsa está cerrada y no puedo presentar el título, pero tampoco sé si cuando la vuelvan a abrir me lo van a aceptar», explica.

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Fernández dice que si no le convalidan el título, se va de la isla. «Me duele en el alma porque aquí no solo tengo trabajo, también la familia que he hecho, pero con esta obligación no hay ni igualdad ni equidad y no voy a presentarme al examen», cuenta. Es consciente de que si le homologan el título puede tener menos «competencia» a la hora de optar a una plaza, pero no le parece justo porque muchos de sus compañeros no tienen el certificado. «Estoy abriéndome puertas y me estoy moviendo en el sistema sanitario andaluz. Tengo experiencia y no va a ser difícil encontrar algo y si tengo que pasarme una temporada trabajando de otra cosa no se me van a caer los anillos».

Por ello, pide a los políticos que pregunten a pacientes y familiares si realmente lo que les importa es que se les diga «bon dia o buenos días» o si es preferible que los sanitarios cuiden de ellos. «En Urgencias hacemos el triaje en inglés, no tengo título y cuido a mi paciente de la misma manera. Es como si viene un sordomudo y le hablas en catalán. Le va a dar lo mismo», señala.

Esta enfermera asegura que «de los más de 30 enfermeros de Urgencias, más de la mitad no tiene el título, pero esto no pasa solo en nuestro servicio, si no en todo el Hospital». En este sentido, añade que «hay compañeros que se han ido por varios motivos, pero con el decreto ha sido la gota que colma el vaso. De cara al año que viene hay muchos que se cuestionan su continuidad en la isla». Desiré Ntongono-Mañana, enfermera del 061, también se opone al ‘decretazo’. «Me vine a Ibiza hace 12 años con unas condiciones y ahora me dicen que si no tengo el catalán no opto a una plaza o que tengo que esperar a que todos lo que lo acrediten estén contratados y si hace falta más personal me dejen seguir», dice al tiempo que añade que no se opone a opositar fuera de las islas. Esta sevillana asegura haber rechazado interinidades porque quiere vivir aquí y de hecho ha hecho cursos de catalán. «Antes me planteaba sacarme el título porque me daba puntos, pero ahora que me van a valorar si soy mejor o peor enfermera por el idioma, no paso por el aro. Soy mejor porque sigo estudiando y reciclándome en lo mío», critica.

Esta enfermera quiere seguir en la isla, pero «mi futuro es incierto». Sabe que encontrar personal para llenar las plantillas del Hospital es «complicado» y «todos los veranos se acaban las bolsas y falta gente por contratar. Si sumamos un problema más, imagínate lo que va a pasar si ni siquiera los que estamos sabemos nuestro futuro».