La Universitat de les Illes Balears (UIB) se dispone a celebrar en 2018 el 40 aniversario de su fundación, pero la implantación de estudios superiores modernos en Balears, aunque sin una configuración universitaria, viene de 10 años atrás. Se cumplen, por tanto, 50 años de esos primeros estudios universitarios.

Román Piña, catedrático emérito de Historia del Derecho de la UIB y autor de Historia de la universidad en Mallorca. Grandezas y miserias de una élite intelectual. Siglos XV-XX, explica que «fue en julio de 1966 cuando el Ministerio de Educación da luz verde a la creación en Palma de una sección de Filosofía y Letras de la Universidad de Barcelona. La decisión ministerial se hizo realidad en el curso siguiente, 1967-68, con un acto inaugural solemne en el Estudi General Lul·lià, que albergó esos primeros cursos.

La matrícula fue un éxito. De los 108 alumnos del curso 1967-68 se pasó a 245 al llegar al 1969-70 para ir ampliándose progresivamente. Llegado el curso 1970-71, se autorizó que en Palma se impartiera todo el primer ciclo de Filosofía y Letras –tres cursos según el nuevo Plan Maluquer, cuando hasta entonces sólo se daban dos–. También se autorizó el primer ciclo de Filosofía y Ciencias de la Educación y el de Filología Hispánica».

Primer ciclo

De esta manera, Palma no tenía universidad, pero sí contaba con estudios universitarios de primer ciclo, lo que obligaba a los estudiantes a completar el resto de Filosofía y Letras fuera de Balears, normalmente en la Universidad de Barcelona, de la que eran alumnos oficiales. Con la sección de Filosofía y Letras ya en marcha, el alcalde y procurador en Cortes, Gabriel Alzamora, realizó numerosas gestiones para crear una universidad balear. Piña señala que «sin embargo, en noviembre de 1971, el Consejo de Ministros aprobó el III Plan de Desarrollo, que preveía la creación de seis universidades, dejando para Balears la simple promesa de una facultad.

Es aquí cuando apareció la figura de Gabriel Tous, teniente de alcalde de Cultura y recién estrenado procurador en Cortes. Él consiguió que, pese a lo decidido anteriormente en Consejo de Ministros, el paso por las Cortes del Plan de Desarrollo programase una facultad en Palma».

Después, el entonces alcalde Rafael de la Rosa y el presidente de la Diputación José Alcover impulsaron la creación del Patronato Económico de Estudios Universitarios, constituido en junio de 1972. Se trataba de un consorcio público con participación privada y el apoyo de Sa Nostra y la Cámara de Comercio. En 1973, Madrid planteó que Filosofía y Letras se redujera en Palma a Geografía e Historia.

En octubre de ese año se aprovechó la primera visita oficial de los príncipes de España, acompañados del ministro de Educación, Julio Rodríguez, para pedirles que no se llevase a cabo esa reducción. Se consiguió. Los objetivos, según Piña: «Convertir la sección delegada de Filosofía y Letras en facultad y que la recién creada Universidad Autónoma de Barcelona implantase aquí los primeros años de Derecho y Ciencias. Este último objetivo se consiguió rápidamente, en el curso 1972-73. Derecho empezó a impartirse en algunas aulas de la segunda planta de la Escuela de Comercio, en Sa Riera. Para la Facultad de Ciencias, se ofreció al Patronato un edificio construido hacía sólo dos años en el kilómetro 7 de la carretera de Valldemossa. Funcionaba como seminario y pertenecía a la congregación religiosa de los Paules. Se compró por 20 millones de pesetas, con una superficie de 56.000 metros cuadrados que incluía las casas de Cas Jai. Es el origen del actual campus. El encargado de montar la Facultad de Ciencias fue Antoni Roig, catedrático en Bilbao y futuro rector de la UIB. Gerard Maria Thomàs era el rector del Estudi General, Rafael Jiménez de Parga era el decano de Derecho y Antoni Roig era el decano in pectore de Ciencias».

En ese curso, Filosofía y Letras ya contaba con 463 alumnos y la Universidad de Barcelona decidió crear una facultad. En el Estudi General, los alumnos ya no cabían y se planteó el traslado al instituto de Son Malferit para el curso siguiente. Los estudios universitarios se estaban consolidando y todo se estaba preparando para la creación de la UIB, cuatro años más tarde.

Climent Picornell, profesor emérito en Geografía de la UIB y vicerrector con Nadal Batle, fue uno de aquellos primeros alumnos que estrenó en 1967 los estudios universitarios de Filosofía y Letras en el Estudi General Lul·lià. Recuerda: «Me enteré de la implantación en Palma de Filosofía y Letras por la prensa y sin mucho tiempo para matricularme. Criticábamos algunos criterios pedagógicos, pero había grandes profesores como Álvaro Santamaría, Bartomeu Barceló o Guillem Rosselló Bordoy. Sin embargo, el hecho de estudiar en Palma sólo dos cursos provocaba dudas sobre si estaríamos preparados para dar el salto a Barcelona. Allí se disiparon las dudas. Estábamos bien preparados y en Barcelona nadie nos miró por encima del hombro por venir de Palma».

Antifranquismo

El ambiente universitario estaba marcado por el antifranquismo y esos estudiantes de Palma, a su pequeña escala, no escaparon a los nuevos aires políticos: «Para empezar, ya tuvimos conflictos de tipo pedagógico con algunos profesores, pues enseñaban muy a la antigua, como en un colegio. Empezamos a organizar asambleas antifranquistas y, con 18 años, creé y dirigí la revista Embat. Editábamos unos 100 o 150 ejemplares con una ciclostil. También organizábamos conferencias y conciertos. Recuerdo una conferencia de Colau Llaneras sobre psicología social en el Estudi General. Un vecino avisó a la policía y se acabó la conferencia».

No pasaría mucho tiempo hasta que el régimen desconfiara de esos jóvenes universitarios. Picornell rememora que «en el estado de excepción de 1969, Pere Ríos, Pep Vives, Emili Gené y yo pasamos cuatro días en los calabozos del Gobierno Civil por unas pintadas en diversas calles de Palma con la palabra democracia. La verdad es que fuimos autores de algunas de esas pintadas, pero no de todas. No hubo juicio, pero ya quedamos fichados».