Pilar Rapún, en Can Misses. | Periódico de Ibiza y Formentera

La genética jugó a favor de Pilar Rapún para que estudiara Medicina. Hija de neurólogo, ahora ve cómo su hijo Marc también quiere seguir sus pasos y dedicarse al mundo de la medicina. En Ibiza, donde veraneaba desde que era niña, ha ejercido toda su vida profesional desde la residencia hasta ahora como médico de cuidados paliativos. «Soy de Madrid y desde pequeñita veraneaba en Ibiza. Aquí tengo mi círculo de amistades, pasaba aquí todo el verano y tenía claro que quería venirme a vivir a Ibiza», dice.

¿Qué porcentaje tiene de madrileña y de ibicenca?

__Soy madrileña cien por cien. Vivo muy bien en Ibiza pero soy madrileña y quiero seguir siéndolo.

Estudió medicina de familia. ¿Cómo terminó siendo médico de cuidados paliativos?

__Al final de la residencia empecé a meterme mucho con hospitalización a domicilio porque me gustaba mucho la atención domiciliaria. El último año de residencia, que se hace en el centro de salud, me pasaba haciendo domicilios y el día que tenía libre me iba con los de hospitalización a domicilio. Nada más terminar la residencia surgió montar la unidad de cuidados paliativos. Sabía que quería orientarme más hacia la atención domiciliaria.

¿Cómo fue su primer día de trabajo?

__¿Cómo residente? Pánico absoluto. Durante la carrera y, sobre todo en los hospitales grandes, como el Clínico, las prácticas son un poco ficticias porque nunca estás a solas con un paciente. Cuando empiezas a trabajar y te encuentras cara a cara con un paciente, que sabes que es tu responsabilidad, te sientes muy inseguro.

Después de los años de experiencia que tiene habrá superado ese pánico.

_El pánico con los pacientes no lo tengo. Con los años vas adquiriendo una experiencia que te quita ese pánico. Siempre intentas hacerlo lo mejor que puedes.

¿Cuál ha sido la mejor experiencia que hemos tenido?

__No me puedo quedar con una. En mi trabajo hay momentos maravillosos, hay experiencias únicas en el día a día con los pacientes. Si tuviera que elegir fue el día que decidí montar la Unidad de Cuidados Paliativos (UCP). Me costó mucho tomar la decisión.

Recuerdo que primero fue con la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) y después pasó a formar parte del Ibsalut.

__Me tiré a la piscina porque decidí montar la UCP con la AECC sin saber que en un futuro sería absorbida por el Ibsalut. Fue en 2004 cuando se convencieron de que estábamos haciendo un buen trabajo y pasó a formar parte de la cartera de servicios.

¿Ha tenido experiencias negativas en su trabajo?

__A mí lo que más me afecta en el trabajo es cuando hay un mal rollo entre compañeros. En nuestro trabajo nos volcamos mucho en mimar mucho el trabajo en equipo y nos duele más cuando otros no lo entienden y trabajan compitiendo, enfadándose o riñendo, que a nosotros no nos gusta.

Sobre todo cuando lo más importante es el paciente.

__Sí pero a veces eso es una filosofía más que una realidad.

¿Cómo afronta un médico que se dedica a curar a tratar a pacientes en la última etapa de su vida?

_Tuve muy claro que mi objetivo era otro cuando decidí trabajar en cuidados paliativos. La cuestión es cambiar el chip. Mi objetivo no es curar, es cuidar. Me frustro cuando alguien no está bien cuidado. El fracaso está cuando una persona no fallece en unas condiciones adecuadas.

¿Qué le aporta su trabajo?

__Es una parte muy importante en mi vida pero mi parte personal tiene un peso muy muy grande. Mi trabajo no es una prioridad en mi vida pero hay que trabajar. Me llena mucho y, además, no sé hacer otra cosa.

¿Si no hubiera sido médico de cuidados paliativos?

__Médica de atención primaria. Hice atención primaria con vocación porque me gusta la visión integral del paciente.

¿No es de las que se lleva el trabajo en su casa?

__Es imposible. Si lo hiciera no llevaría 16 años trabajando. Tienes que tener una capacidad mental para desconectar que he ido trabajando. Desde el principio tuve claro que tenía que hacer un corte radical porque si no no podría vivir con esto. Es necesario.

¿Siente reconocido su trabajo?

__Sí, lo vemos cada día con los familiares y los pacientes.

¿Los cuidados paliativos son una asignatura pendiente?

__Totalmente. Acabamos de nacer. Hay mucha gente con muchas ganas de tirar adelante pero sigue dependiendo de iniciativas personales porque está por crecer.

¿Alguno de sus hijos quieren ser médicos como usted?

__Sí. Tengo un hijo que quiere ser médico como yo. Al principio, yo no quería. Mi padre que era neurólogo tampoco quería porque es una carrera muy sacrificada, tienes que estudiar muchos años y dedicarle muchas horas; pero ahora que mi hijo dice que quiere ser traumatólogo, me está empezando a hacer gracia y sí que lo veo como médico.