El futuro Mercat Nou, que se levantará en el mismo solar donde se ubica el actual edificio, tendrá finalmente tres plantas de aparcamiento subterráneas y una entrada principal por el Parc de la Pau. Estas son las principales modificaciones del anteproyecto que el Ayuntamiento de Eivissa acaba de presentar a los propietarios de las paradas del mercado, cuya concesión se acaba en agosto de 2018.

Los puestos de productos perecederos, el llamado mercado tradicional, seguirá estando a pie de calle y en la planta de arriba se instalará un supermercado y diferentes bares cuyas terrazas también estarán orientadas al Parc de la Pau. La revisión del proyecto incluye además una nueva planta superior que podría estar destinada a oficinas.
Según explicó el vicepresidente de la Asociación de Paradistas del Mercat Nou, Vicente Calbet, aparte de estas modificaciones, no se ha introducido otro cambio sustancial al anteproyecto que les presentaron inicialmente. No obstante, los paradistas lamentan que el Ayuntamiento, a menos de un año para que termine su concesión, no les comunique los plazos de ejecución de las obras ni les informe de los costes que supondrá mantener su parada en el mercado. Tampoco saben nada acerca de dónde se instalará el mercado provisional mientras duren las obras, ya que habrá que demoler el actual edificio para levantar el nuevo.

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La pescadera Carmen Molla ve «un poco negro» el proyecto. No solo por las dudas acerca de la financiación de un edificio que costará mucho dinero sino por la situación de muchos de los paradistas: «Cada vez van cerrando más puestos porque la mayoría de de los paradistas están en edad de jubilarse».

En esta situación está Virtudes, dueña de una parada de encurtidos que condiciona su futuro en el mercado a las condiciones del proyecto. «Depende del dinero que pidan pero, vista la competencia que tenemos, es para pensárselo», señala.

La incertidumbre en el Mercat Nou también alcanza a los empleados. Carmen, de Can Coves, empleada de una panadería, asegura estar «un poco asustada porque se nos va el trabajo». De la misma opinión es José Manuel, camarero de uno de los bares, que siente «pena» por los cambios que se avecinan y critica la poca información que reciben acerca del nuevo proyecto.