Tras una carrera de 25 años en el Ministerio Público, el exfiscal anticorrupción, Pedro Horrach, aterrizó ayer en Ibiza para enfundarse la toga como abogado defensor del empresario alemán, Matthias Kühn, pareja de Norma Duval. A falta de la exvedette, Pedro Horrach acaparó la atención mediática ante el silencio del promotor alemán. Ya en la sala, el exfiscal del caso Nóos empezó con fuerza, reclamando la anulación del proceso por la «vulneración del principio acusatorio por inversión de la carga acusatoria»; nulidad de todo el proceso por «tratarse de una expedición de pesca» a por su mediático representado, que ha sido víctima de una «actuación indiscriminada ya que el perito en su viaje a Tagomago no vio las otras muchas construcciones irregulares». Horrach tiró de maletín para aportar nuevas pruebas gráficas, aportando portadas de revistas alemanas en las que por las fechas se podía comprobar que las obras no datan de la franja marcada por la denuncia. Con el paso de los minutos el discurso de Horrach iba creciendo y se hacía más incisivo. «El ruido mediático condiciona muchas causas», señaló en sus conclusiones instantes antes de remarcar que Cristian Ruiz, el impulsor del informe que ha llevado a Kühn hasta el banquillo «había convertido el proceso penal en un marco de proclama política. Lo único que se ha pretendido y conseguido es la pena de banquillo», sentenció Horrach poco antes de que su señoría dejase el juicio visto para sentencia.