Muchas risas y pocos lloros. Así se puede resumir el primer día del curso escolar en el colegio de Puig d’en Valls para muchos niños que aún no habían cumplido los tres años. Aunque todavía con reformas y con zonas precintadas, la jornada discurrió con total normalidad y así se reflejó en las caras de alumnos, padres y profesores.

«Ha sido fácil porque coincidía con muchos niños que iban a la guardería con ella», decía Beatriz, madre de una peque que pisó ayer por primera vez el colegio. Lo mismo decía Ángeles que no olvidaba el «miedo» a primera hora de la mañana al dejar a su hija en un sitio desconocido para ella. «Se lo ha pasado muy bien porque han estado jugando y dibujando», decía. Y es que ningún niño pone mala cara mientras disfruta. Sin embargo, sí hay quien sufrió en silencio hasta que el reloj marcó la hora de salida. «He estado toda la mañana pensando en mi nieta», contaba Maruja a las puertas del colegio.

La organización en este centro de Ibiza es sencilla; las clases no cuentan con más de 25 alumnos y el método de enseñanza para los más pequeños se hace, como ellos dicen, por rincones. «Esto significa que cuando hay que tratar algún tema, adaptan un rincón para dividir a los niños y trabajan en pequeños grupos», explicaba una madre.

Además, el CEIP Puig d’en Valls apuesta por el catalán como idioma prioritario, «pero no nos ponen problemas a la hora de hacer las reuniones en castellano», decía un padre que no es catalanoparlante.

Con una sonrisa de oreja a oreja terminaba la jornada Susana, profesora de infantil. Ella es quien acompaña a los niños desde que empiezan el colegio con 3 años y hasta que cambian de ciclo a los 6. «Es un trabajo muy agradecido. Ves su evolución y todo lo que han aprendido en este tiempo», decía sin olvidar que, cuando recoge sus cosas para irse a casa, lo hace ya sin fuerzas. «Te absorben toda la energía, pero compensa mucho», matizaba. Y ayer no fue menos. Entre juegos, charlas, dibujos y abrazos pasaron la mañana «sus niños» en un aula nueva donde «se han portado bien, pero han olvidado cosas del curso pasado», decía refiriéndose a sus alumnos de 2º de infantil.

A las 14 horas finalizaban las clases y a esa hora eran muchos los padres que se mostraban ansiosos mientras hacían guardia en la puerta del colegio. Por un lado, por ver a sus hijos después de la primera toma de contacto con el colegio y, por otro, por conocer sus impresiones. «Lo bueno de este colegio es que nos dan muchas facilidades.

Tiene servicio de comedor y matinera», decía una madre de tres niños al tiempo que aseguraba que, aunque ella puede hacerse cargo de sus hijos, hay quien no tiene esa «suerte». Tampoco se olvidaban de recordar que el verano «se hace muy largo» y mostraban sus ganas por retomar la rutina que es tan necesaria en muchas ocasiones. Además, muchos coincidían en que sus hijos aún son muy pequeños para acudir a actividades extraescolares. «El primer año prefiero que se adapten al funcionamiento del colegio», decía una madre consciente de que su hijo todavía duerme la siesta después de comer. Aún así, de apuntarles a alguna clase, sería a inglés. «Es un idioma fundamental y cada vez más necesario», señalaban.

En el otro lado estaban los niños de cursos más avanzados. Es el caso de Iker y Andreu que se mostraban felices por volver a pasar tiempo juntos aún sabiendo que este año, cursando 6º de primaria, tendrán que estudiar más que los anteriores. Ayer fue una jornada de adaptación para todas las partes, que da paso a un curso cargado de conocimientos y de nuevas experiencias.

LA NOTA

La APIMA espera sumar más socios que el curso pasado

La Asociación de Madres y Padres de Alumnos ya trabaja en el nuevo curso y espera superar la cifra del pasado en el que había inscritas 262 familias. Con una cuota anual de 25 euros, sea uno o más miembros, las familias pueden disfrutar de descuentos en algunos negocios, además de excursiones gratuitas en autobús y actividades extraescolares. «Las de más éxito son inglés, atletismo y basket, pero este año como novedad hemos incluido dibujo y teatro», señalaba Andrés García, presidente de APIMA. Además colaboran en la organización del viaje de fin de curso de alumnos de sexto y en fiestas populares.