Vicent Serra, director de Es Mijorals de Don Mariano en la redacción.

La Asociación de Vecinos Es Molí de San Antonio, presenta este domingo la exitosa obra Es Majorals de Don Mariano en la Plaza de la Iglesia de Sant Llorenç a las 21.00 horas.

El fundador y director del grupo teatral, Vicent Serra, nació en Santa Gertrudis en 1952, pero los últimos 50 años ha vivido en San Antonio. Es uno de los activos de la sociedad pitiusa preocupados por fomentar y mantener la tradición y cultura ibicencas. Desde la Asociación de Vecinos Es Molí, dirige todas las obras que se realizan de forma itinerante a lo largo de la isla, desde hace cinco años. Como ya explicó Vicent al PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA en su última entrevista, sus obras son 100% costumbristas y tratan de plasmar la vida de la Ibiza profunda de mediados del siglo pasado.

—¿De qué vida hablan sus obras?
—La vida de una época difícil, de supervivencia. Hago este teatro para volver a nuestras raíces y que no quede nunca en el olvido lo que fue la esencia de Ibiza. Reflejo una etapa de la historia en la que los barcos con suministros llegaban un día al mes, se vivía de lo que desarrollábamos, no había azúcar y nos autoabastecíamos sin necesidad de otras cosas. En la anterior obra Legítima Enverinada, rescato personajes que entonces existían como s’home bò. Esta era una figura que impartía justicia ante los litigios entre pagesos, en una época donde apenas habían abogados.

Tengo muy buenos recuerdos de esa época, en la que desde Santa Gertrudis hasta Ibiza solo me cruzaba con tres coches. La rapidez de la vida actual esta rompiendo esa esencia. Menos mal que trata de recuperarse con estos grupos folclóricos. Ahora hay un movimiento cultural que trata de fomentar las tradiciones, como hacemos nosotros. Toda esta vida pasada trato de reproducirla siendo fiel a aquel tiempo y siempre respetando a nuestro público, que es el que la ha vivido.

—¿Y Es Mijorals de Don Mariano?
—El mijoral era una la figura de la época con poder y consideración, protagonizada en esta obra por el historiador Mariano Llobet. Fue un personaje importante y con su permiso escribí sobre su vida. Él escribía para la prensa y me percaté de que sus puntos de vista eran muy próximos a los temas que yo trataba. A los dos meses de entrevistarme con él, falleció y esta obra recibe su nombre en su honor. Por supuesto al estreno invitamos a su familia.

Tras un año y medio desde la primera representación la agrupación ha ido actuando por toda la isla. En cuanto a contenido, pretendo que sea riguroso con las tradiciones y costumbres de la Ibiza profunda. Es un teatro muy especial porque buscamos nuestras palabras rebuscadas, nuestros chistes, recuperamos términos obsoletos. Todo se hace en clave de humor, entonces gusta.

— Háblenos sobre sus orígenes y de su trabajo en la Asociación
—Comencé en el teatro a comienzos de los setenta representando clásicos de la literatura vanguardista española, Unamuno, Valle Inclán, etc. Actuábamos en Formentera y Palma cuando era miembro del Grupo Experimental Ca Nostra, el Grupo de Teatro Es Vedrá o el de Es Cubells, pero a mi me gusta fomentar el teatro y la cultura en casa.

Sobre los componentes de la Asociación de Vecinos Es Molí hay gente nueva y veterana pero principalmente son aficionados. Los guiones no son rigurosos y se permite la improvisación. De hecho, esa es la gracia y lo que lo hace especial. Dejar espacios en blanco en el guión resulta fácil para los actores y fomenta su creatividad. Además así desarrollan sus propios personajes de manera única. Nuestra próxima actuación será en enero en San Antonio.

—Ha trabajado también para el centro penitenciario de Ibiza ¿Cómo es allí su experiencia?¿Continúa desarrollando actividades para los presos?
—Hace cuatro años que llevo realizando talleres que he parado por problemas personales, pero volveré a retomar el trabajo en septiembre. Mis cursos reciben muy buena acogida entre los internos. Debía adaptarme porque en prisión es difícil llevar un trabajo estable y permanente, por lo que creamos lo que son los microteatros, sketches o incluso monólogos, para poder desarrollarlos en grupos pequeños y representarlos. Tienen un gran éxito porque en esta prisión se desarrollan pocas actividades. Depende del grupo es fácil o no desarrollar la faena, depende de lo participativos que sean. Dinner for one, el clásico de los años 20 del británico Lauri Wylie, es la que hemos repetido.

— Y ahora, ¿qué opina sobre la situación actual en Ibiza?
—Yo hace más de 50 años que vivo en San Antonio. Bajo mi punto de vista, la ciudad necesita de estos voluntarios culturales para luchar contra la situación de estos últimos años, no hay quien lo soporte (en relación a los excesos del ocio) y desearía que el Ayuntamiento apoyara más a estos grupos culturales que surgen de forma esporádica y por una necesidad.

Nosotros no recibimos subvenciones, lo hacemos por gusto. Las Administraciones nos pagan por actuación a precio popular. Si no fuera gratuito, sería inviable llevar a cabo el proyecto. Es por ello, que invitamos a todos los ciudadanos de Sant Llorenç a asistir a la obra este domingo a las 21.00 horas, en la Plaça de l’Església.