La desaladora de Santa Eulària ya está en disposición de servir agua a los ayuntamientos que lo soliciten tras haberse recibido el visto bueno de Sanidad, último paso para poner en funcionamiento la instalación, según informó ayer en un comunicado la Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental (Abaqua).
El Consejo de Administración de Abaqua ha aprobado el convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Santa Eulària para el suministro de agua desalada a los núcleos urbanos de Puig d’en Valls, Santa Gertrudis, Santa Eulària y la urbanización de Roca Llisa.
Este convenio, de seis meses de duración, estará vigente mientras la desaladora de Santa Eulària funcione con un contrato de mantenimiento y no de explotación, motivo por el cual también se utilizarán las instalaciones de Sant Antoni de Portmany y Vila.
El agua se suministrará según la capacidad de producción de las desaladoras de Abaqua y así, en Puig d’en Valls se servirá un volumen de agua de 100 m3/día procedentes de la desaladora de Vila o de Sant Antoni, desde donde también se suministrarán 60 m3/día a Santa Gertrudis.
En cambio, el núcleo urbano de Santa Eulària y la urbanización de Roca Llisa recibirán 2.000 m3/día de la desaladora de la localidad.
Por otra parte, según el Govern, se prevé que la interconexión de las desaladoras de la isla de Ibiza pueda estar también a disposición de los ayuntamientos a partir del 10 de agosto.
En estos momentos se cumple con las necesidades de los municipios por lo que respecta al abastecimiento de agua, insistió el Ejecutivo balear, pero la puesta en marcha de la desaladora de Santa Eulària comporta una garantía en caso de avería de alguna de las otras dos plantas de la isla.
Retraso
La puesta en marcha de la desaladora de Santa Eulària, cuyas obras de construcción finalizaron en 2011, se ha retrasado por los sobrecostes en su construcción, que se elevaron hasta los 19 millones de euros. El Gobierno asumió el pago de este sobrecoste aunque no ha renunciado a revertir este pago al Govern balear.