José Manuel Mariscal de Gante Mirón (Madrid, 1956) está al frente de la Comisaría de la Policía Nacional de Ibiza desde hace cinco meses. Lleva 38 años en el Cuerpo, al que accedió como inspector por oposición, tras estudiar Derecho. «Mi padre fue juez pero antes había sido policía. Salieron unas oposiciones, me presenté y aprobé». Era el año 1979 y su primer destino fue San Sebastián. Eran los denominados «años de plomo, los más terroríficos de ETA y estuve allí hasta el 83». Después pasó por Madrid, Benidorm y nuevamente Madrid. El año pasado aprobó la oposición de comisario y eligió como destino Ibiza, «un reto tremendamente atractivo». El 21 de diciembre juró su cargo y ahora afronta su primera temporada de verano.

—La tónica es que los trabajadores pongan pegas a la hora de venir por los problemas derivados de la vivienda pero usted, sin embargo, eligió Ibiza...
— Está claro que mi primera opción era Madrid porque es mi casa, pero Ibiza lo veía como un destino tremendamente atractivo. Tenía otras posibilidades pero yo elegí Ibiza. Se dan muchos condicionantes. Es un referente mundial del turismo con mucho intercambio de cultura, pero la tipología de delito que se da no es especialmente grave y tampoco hay conflictos sociales.

— ¿Cómo está siendo la experiencia?
—Hasta la fecha es una gran experiencia. He tenido una bienvenida y recibimiento muy bueno por parte de todas las instituciones y en la Comisaría el ambiente es muy bueno, hay un compañerismo extraordinario y los agentes que trabajan en esta comisaría tienen una gran predisposición. La policía es una profesión de vocación y servicio al ciudadano. Nos examinamos todos los días para seguir progresando.

—La entrega y profesionalidad es algo que destacan todos los mandos, pero sigue habiendo muchas reticencias para elegir Ibiza como destino o permanecer en la isla...
—El problema está claro: la falta y carestía de la vivienda. Desde la Jefatura y la Delegación del Gobierno hace tiempo se están haciendo esfuerzos para que se nos reconozca el mismo nivel de insularidad que tienen las islas menores de las Canarias. Desgraciadamente no es un problema únicamente que afecte a la Policía Nacional, sino que el mismo problema lo tienen los empleados de la educación o de la sanidad. Es una lástima porque Ibiza es un destino turístico mundial de primer orden porque es un lugar seguro, con unos servicios médicos muy potentes y un moderno hospital como Can Misses. Ahora bien, si la isla se queda sin funcionarios se estarán dejando caer todos esos servicios. El compromiso de la Policía Nacional es seguir trayendo agentes a Ibiza pero no podemos pedirle a nadie que vaya a un destino que le cueste dinero. Con las condiciones económicas actuales, un agente no se puede permitir un alquiler de más de 500 euros y hacer frente al coste de vida que hay en la isla.

—Los delitos han crecido un 10 por ciento en el primer trimestre del año. ¿Ibiza es un destino seguro?
—Sí. los niveles de seguridad en Ibiza son muy buenos. A veces las estadísticas no recogen factores externos y que cambian un panorama. Por ejemplo, la estacionalidad se ha extendido y ha aumentado un 30 por ciento el número de cruceros. Eso se traduce en que algunos días hay entre 2.000 y 3.000 cruceristas en las calles de Vila. Los delincuentes van donde hay gente. El 9 de agosto coincidirán hasta cinco cruceros y nos desembarcarán más de 12.000 personas en la ciudad. Esto multiplica exponencialmente las posibilidades de que hayan robos o hurtos. Es gente que viene para un día y no están atentos a sus pertenencias. Es fruto del propio éxito de la isla pero hay que subrayar que los niveles de seguridad son muy buenos.

—Sus antecesores en el cargo tampoco se lo han dejado muy fácil...
—Efectivamente. El listón que me he encontrado está muy alto. Los anteriores comisarios -José Luis Garau y José Luis Santafé- marcaron una dinámica de resultados muy positiva, pero aún así las infracciones penales han bajado un 1,4 por ciento respecto al año pasado. Es cierto que los hurtos graves han aumentado un 11 por ciento, pero los leves han bajado un 16 por ciento. Estamos ligeramente mejor.

—Buenos datos a pesar de tener una plantilla muy ajustada...
—Está claro que cuanto más personal tengamos mejor pero con los efectivos que tenemos estamos sacando el trabajo adelante. La plantilla actual asciende a 229 agentes, contando con el personal presente en el aeropuerto y el puerto. Según el catálogo deberíamos ser 287. Es evidente que hay un déficit. Además, el catálogo está desfasado porque se hizo en 2007 y la isla ha cambiado mucho social y demográficamente. A este hecho se suma la crisis económica que hemos atravesado y por la que se ha reducido la oferta de empleo público. La gente que se ha jubilado o que se iba no ha sido repuesta. Pero insisto, el trabajo se lleva adelante gracias al tremendo esfuerzo de los agentes de esta Comisaría. Ahora los presupuestos que se han aprobado recogen unas partidas económicas que cambiarán la tendencia aunque todavía hay que esperar un año.

—¿Y mientras tanto?
—Ahora vendrán nueve agentes de la escuela de policía y gracias al esfuerzo de la Jefatura llegarán otros diez policías y dos inspectores en prácticas. Por otra parte, ha habido un concurso general de méritos que conllevará la marcha de 21 agentes de aquí y la llegada de 10. Aquí el saldo es negativo. Los grupos de investigación (Udev, Udyco y Ucrif) están trabajando con la mitad del personal que deberían tener estas unidades pero a pesar de ello están consiguiendo unos resultados excepcionales. Lo ideal sería tener un grupo completo. La solución pasa porque las próximas promociones de la Policía Nacional sean más numerosas. El problema es que diez agentes han elegido Ibiza pero se ofertaban 22 plazas: 12 han quedado desiertas. Esa es la tendencia que habría que cambiar a través de unas mejores condiciones.

—Y con más agentes, más posibilidades...
—Evidentemente. El ciudadano debe saber que la Policía Nacional tiene un compromiso de dar servicio las 24 horas del día, tanto en la calle como en la Comisaría. Nosotros no cerramos y esto exige mucha gente y desgaste personal. Una mayor plantilla nos permitiría tener más agentes de uniforme en la calle. Esto da mucha seguridad al ciudadano y también ejerce cierto freno a los delincuentes. Las estadísticas nos dicen que los hurtos se dan con mayor frecuencia en la zona centro de Vila. Un aumento de los efectivos de Seguridad Ciudadana redundaría en una mayor seguridad y reducción de los hurtos. También nos permitiría más agentes de paisano que son los que aportan un plus de sorpresa. Está claro que cuanto más agentes mejor servicio, pero con la actual plantilla se están obteniendo unos niveles de seguridad muy elevados.

—¿Y los medios disponibles son los óptimos?
—La crisis económica ha afectado a todos pero el material no es un problema. Las nuevas promociones de agentes que salen de la academia van ya provistos de sus equipos personales de protección y las faltas que hubo en un pasado se han ido subsanando.

—Usted ha desarrollado buena parte de su carrera en la Comisaría General de la Policía Judicial, ¿el crimen organizado está muy asentado en la isla?
—Ibiza es un destino muy atractivo y en cierto modo es una isla de mucho dinero. La mayoría de la gente es honorable pero también hay gente con dinero que lo consiguen de manera oscura. Tuvimos el caso de Pierre Dadak. Este traficante de armas vivía o pasaba temporadas en su mansión de Sant Josep pero las armas no pasan por la isla. Desde aquí movían los hilos pero el trabajo de investigación está ahí y fue detenido.

—Los robos de relojes de alta gama están a la baja pero son uno de los ‘clásicos’ del verano...
—Ha habido algunos conatos como el registrado en marzo en una joyería de la avenida de España, pero cada vez tenemos más información y menos robos. Los contactos y la colaboración con la policía italiana son constantes y se está trabajando mucho. No podemos obviar que se tratan de bandas altamente especializadas y que tienen en Ibiza un punto de atracción porque aquí viene un turismo de alto nivel económico. Las investigaciones y los resultados están ahí con detenciones y recuperación de las piezas sustraídas en muchas ocasiones. No obstante, tenemos previsto mantener una reunión en fechas próximas con los responsables de hoteles de la isla para que trasladen a sus clientes unas pautas de prevención para minimizar el riesgo de sufrir un robo.