Puig d’en Valls acogió ayer la novena edición de su Diada Pagesa, una cita que ya se ha convertido en un clásico que año tras año atrae a centenares de vecinos, que disfrutaron desde primera hora de la mañana de una programación repleta de atractivas muestras.

Las motos fueron las protagonistas a primera hora de la mañana con la reunión de motoristas que organiza el Club Paladins. El acceso al polideportivo fue el escenario de una yincana sobre dos ruedas que incluía torneo medieval y una partida de dardos. Mientras Mariano y otros integrantes del club Paladins disfrutaban de estas pruebas junto a los moteros del Island Riders y de los Dragons, Joan Costa y Joan Miquel ultimaban los últimos detalles de la muestra de motos clásicas que reunió piezas con medio siglo de historia. Entre la treintena de motos, había una Bultaco Metralla MK2, la «reina de la carretera», varias Moto Guzzi Hispania, Montesas, Ossas, y una BSA con sidecar.

En uno de los laterales se exponían una decena de coches clásicos que eran la antesala de la muestra de artesanía pagesa. Toni Marí, concejal y vocal de la comisión de fiestas, destacó que este año contaban con 42 artesanos presentes en 22 paradas. A medida que avanzaba la jornada los puestos de artesanos centraron la atención de los visitantes.

Pasado el mediodía y antes de degustar una paella popular para 500 personas, los visitantes disfrutaron con la demostración de gimnasia rítmica que ofrecieron una veintena de niñas de la Apima del colegio Puig d’en Valls.
El buen tiempo y mejor ambiente acompañaron la jornada festiva que tuvo como plato fuerte una paella popular que estuvo amenizada por la voz de Lola Coloma, quien presentó su nuevo disco. También actuaron ‘Rebobinando’ con José Boto y Mauri.

La comisión de fiestas también llevó a cabo una rifa con una quincena de premios para todos los participantes. El premio estrella fue una noche para una pareja en el agroturismo Ca n’Escandell.