En 2013 se detuvieron las obras de varias construcciones a consecuencia de la crisis económica.

Las cifras dadas a conocer por el Govern balear sobre el suelo urbano y urbanizable vacante en las islas han generado diferentes reacciones en Ibiza desde muy diversos sectores. Así, critican el informe encargado desde la conselleria de Territori por «generar alarma», según la Asociación de Construcción de la Pimeef; por entender que se «priorizan las ciudades sobre el campo», como valoran desde la Asociación de Propietarios de Fincas Rústicas de Sant Josep; y por «no haber ninguna autoridad responsable y sensata que detenga el crecimiento» urbanístico, tal y como opinaron los ecologistas del GEN-GOB Eivissa.

Según este estudio, Ibiza dispone de 545 hectáreas de suelo urbanizable vacante para construir 17.202 viviendas, con capacidad poblacional para 43.348 habitantes más, que agotaría el suelo de la isla en 15 años. En Formentera se acabaría el espacio físico en cuatro años después de levantar 629 nuevas viviendas para 1.508 personas.

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La presidenta de la Asociación de Construcción de la Pimeef, Consuelo Antúnez, asegura no entender por qué se genera «tanta alarma» en base a unos «supuestos que probablemente no se dan en la isla» de Ibiza. «Son declaraciones [las efectuadas por el conseller Marc Pons] correctas pero muy alarmistas porque las cifras se refieren a un crecimiento poblacional en vivienda nueva, pero en Ibiza la tendencia es a reformar», subrayó Antúnez, que se mostró partidaria de crear vivienda nueva «para alquiler social» debido al grave problema habitacional que padece la mayor de las Pitiusas. «Hay que tender a las reformas y la rehabilitación, pero sin descartar hacer vivienda pública controlando el crecimiento», puntualizó. Por último, Antúnez destacó «el grave problema de infraestructuras y servicios» que supondría un incremento poblacional de casi 45.000 personas como sostiene el informe.

Desde el GEN afirmaron ayer que el resultado del balance elaborado por el Govern «es terrible». «Ibiza puede seguir creciendo masivamente 15 años más en ‘urbano’ y ni se sabe cuánto en rústico. La calidad de vida se pierde y el medio ambiente, garantía de futuro, desaparece. Ninguna autoridad responsable y sensata para detener esto a la vista», denunciaron a través de una conocida red social, donde cuestionaron que los actuales gobernantes piensen «en hacer más suelo para urbanización intensiva cuando se acabe el que hay».

Para los propietarios de fincas rústicas de la isla, muy críticos con la moratoria urbanística decretada por el Consell, las palabras de Marc Pons en las que afirmó que «el urbanismo del presente y del futuro se tiene que centrar especialmente en la revitalización de nuestras ciudades y no en la clasificación de nuevo suelo» representan un conflicto para sus intereses. «No quieren que se viva en el campo, cuando en Ibiza se ha hecho tradicionalmente», manifestaron.