MIÉRCOLES: Vista general del estado de las obras de peatonalización de Vara de Rey, que encaran su recta final. Foto: DANIEL ESPINOSA

El ser humano es la hostia. Protesta cuando le falta algo y protesta cuando tiene demasiado de ese algo. Se queja cuando hay basura por el suelo y se queja cuando la maquinaria que por fin deja impolutas las calles hace demasiado ruido. Pone el grito en el cielo por que las carreteras estén colapsadas de tráfico pero demanda más carriles y espacios que ocupar con más vehículos, pretendiendo, además, aparcar su coche en la puerta de allí donde va. El ciudadano de a pie cuestiona que las canalizaciones, aceras o mobiliario público estén deteriorados y obsoletos, pero detesta las obras que van encaminadas, precisamente, a modernizar nuestro entorno. Maldice la saturación turística, pero si dispone de propiedades no duda en alquilarlas de manera irregular para amasar dinero y engrosar la isla. Nunca estamos satisfechos con nada.

Las administraciones han hecho un esfuerzo decidido por peatonalizar el centro de la ciudad y el puerto, pero en las redes sociales únicamente se observan reproches contra aspectos como la rugosidad del pavimento empleado. Esta mera cuestión estética –o técnica, si se quiere– desata oleadas de críticas en foros como Facebook (más de 600 comentarios en unos pocos días), mientras concentraciones para exigir precios razonables en los alquileres apenas reúnen a 200 personas.

La gente se queja, y la mayoría de veces con razón, pero sin hacer uso de los canales adecuados para encontrar respuesta –consultas de participación ciudadana, ‘líneas verdes’ de los ayuntamientos, manifestaciones, etc.–. Asuntos como el acceso a la vivienda, la movilidad, el transporte o la precariedad laboral son ampliamente debatidos por la ciudadanía. Sí, pero en la oficina, el bar, o más recientemente en las redes sociales, pocas veces ejerciendo verdadera y efectiva presión social.

¿Recuerdan lo que sucedió con el tema de las prospecciones o del reality show [de la franquicia Gandía Shore]? Hubo un clamor popular en su contra y las instituciones no pudieron sino apoyar la moción.

La semana acaba con una solicitud a través de Change.org para pedir que los fondos de la ecotasa se destinen a salvar ses Feixes y dotarla de huertos urbanos. La petición va camino de las 1.000 firmas. Así, sí.