Los agentes de la Guardia Civil se personan en el lugar del suceso. | Redacción Ibiza

Un hombre de 58 años muerto por un fuerte golpe en la cabeza y dos compañeros que alertaron del trágico desenlace, dos hombres que minutos después eran detenidos. Es el escenario que se encontraron los agentes de la Guardia Civil que acudieron ayer por la mañana a las instalaciones del antiguo delfinario de ses Salines. En el interior del recinto abandonado desde los años 90 yacía el cuerpo de Bernard U.M., un hombre de nacionalidad suiza que presentaba una fractura abierta en la cabeza. Hasta la finca localizada en el Camí de sa Sal Rossa también se desplazó una ambulancia, pero el hombre ya estaba muerto.

«Salí a las 7 de la mañana y estaba todo tranquilo, los perros habían ladrado pero no vi nada extraño. Cuando regresé a eso de las ocho y media el escenario había cambiado, la calle estaba literalmente tomada por la Guardia Civil y la Policía Local», señaló María, la vecina más próxima a las instalaciones abandonadas donde convivían Bernard, Álex y Perika. Ellos fueron quienes alertaron del suceso al 112. Las primeras patrullas que se desplazaron hicieron las primeras investigaciones. Los testimonios apuntaban a que la víctima había caído desde una ventana, pero los investigadores ya advirtieron que se podría tratar de una muerte violenta.

Los dos compañeros de la víctima fueron detenidos y trasladados a las dependencias de la Guardia Civil en Can Cifre.

Entre los vecinos de la zona, reacciones de sorpresa porque uno de los arrestados, de 64 años, llevaba viviendo allí más de 20 años y todos lo describen como «una persona muy buena». La visión sobre el otro arrestado, de 58 años, no era tan positiva e incluso algunos recordaban que hace un año se vio implicado en un acuchillamiento.

El acceso al antiguo delfinario fue precintado para evitar una «contaminación del escenario».

Escenario del crimen
Pasadas las 13 horas regresaban al escenario de los hechos los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Ibiza. La zona era acordonada y minutos después llegaba la comisión judicial y cuatro agentes del Equipo de Homicidios desplazados desde Palma.

Las instalaciones del destartalado delfinario era un ir y venir de agentes que analizaban minuciosamente la zona. A las tareas se habían incorporado los buzos especialistas del GEAS. Ellos inspeccionaron el fondo de las piscinas.

A las 14.40 horas, la comisión judicial ordenó el alzamiento del cadáver. No obstante, en el interior de las instalaciones continuaron durante horas la investigación de los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Ibiza y cuatro llegados desde Palma.

En la minuciosa inspección del escenario de los hechos también participaron buzos especialistas del GEAS, quienes se encargaron de buscar algún objeto contundente que podría haber sido arrojado al fondo de las aguas del delfinario.

LA NOTA

Amplio dispositivo judicial

El juzgado de Instrucción número 3 de Ibiza se ha hecho cargo de la investigación de una muerte que movilizó ayer cerca de una veintena de agentes de la Guardia Civil. Además de las primeras patrullas actuantes, las instalaciones del antiguo delfinario fueron inspeccionadas por agentes de la Policía Judicial, efectivos del Equipo de Homicidios movilizados desde Palma y varios agentes del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil. Ellos fueron los encargados de buscar el posible arma del crimen en el fondo del delfinario. La inspección se prolongó hasta bien entrada la tarde.