Vecinos de Santa Eulària recogiendo cajas para atrapar serpientes en sus terrenos. Foto: A. M.

Un total de 478 serpientes se han capturado en Ibiza y otras 312 en Formentera durante la campaña de captura de ofidios desarrollada a lo largo del año pasado para controlar del tamaño de la población de ofidios en las islas, indicó ayer la Conselleria de Medi Ambient, Agricultura i Pesca.

Hasta el próximo marzo no está previsto reanudar las tareas de control de ofidios puesto que durante estos meses de invierno estos reptiles hibernan y las probabilidades de captura son muy pocas.

Además del departamento de Espais Naturals i Biodiversitat del Govern balear, en el proyecto de control de poblaciones de serpientes en Ibiza y Formentera han participado el Consorcio para la Recuperación de Fauna de las Islas Baleares, los consells de Ibiza y Formentera, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, los ayuntamientos de Santa Eulària des Riu y Sant Joan de Labrita y los agentes de Medio Ambiente.

La Conselleria de Medi Ambient, Agricultura i Pesca ha indicado que considera que todavía se pueden mejorar y extender los sistemas de captura de ofidios y también facilitar las tareas de control a las personas que colaboran con el proyecto.

«La ayuda e implicación de la sociedad pitiusa es imprescindible, y así se ha demostrado, ya que el control de especias invasoras no es responsabilidad exclusiva de la administración, y no puede tener éxito sin la participación de la población local», indicó la Conselleria de Medi Ambient, Agricultura i Pesca en una nota.

El departamento de Espais Naturals i Biodiversitat señaló que las jaulas empleadas para capturar los ofidios han resultado útiles, ya que «han permitido definir las áreas de actuación prioritaria, que se tendrán en cuenta este año para conseguir una reducción sustancial de las poblaciones de serpientes introducidas, en beneficio de las especies autóctonas de las Pitiusas».

En 2016 las autoridades repartieron trampas para atrapar serpientes entre los ciudadanos. Unas cajas rediseñadas con un modelo que impide que las serpientes salgan de la trampa una vez han entrado en ellas, que es lo que sucedía con el primer modelo que se construyó.