La intención del Ayuntamiento es instalar el albergue en el edificio donde estaba el antiguo retén de la Policía Local de Vila.

Los planes del Ayuntamiento de Eivissa de instalar el futuro albergue municipal para gente sin recursos en el antiguo retén de la Policía Local en la calle Vicent Serra i Orvay siguen adelante pese a la oposición que manifestaron los vecinos de la zona en la asamblea convocada el pasado lunes por el Consistorio para explicar el proyecto.

El concejal de Benestar Social de Vila, Joan Ribas, admitió ayer que el encuentro con alrededor de un centenar de vecinos y comerciantes había sido «tenso» y que hubo «más gente en contra del proyecto de la que esperábamos».

Ribas descartó, de momento, la paralización del proyecto por la oposición vecinal pero matizó que debería reunirse con el alcalde Rafa Ruiz para valorar la posibilidad de realizar algún cambio.

No obstante, el responsable de Benestar Social insistió en que, a partir de ahora, utilizará la «pedagogía» para intentar convencer a los vecinos de la zona que el albergue «no creará más problemas sino todo lo contrario».

El objetivo, dijo Ribas, es «evitar que se mezclen perfiles en un mismo centro, que es la fuente principal de problemas en estos momentos». Ribas explicó que esto es lo que sucede en el actual albergue de la calle Carles III, donde coinciden además los usuarios de Cáritas que acuden a pedir alimentos y ropa y los usuarios de Alcohólicos Anónimos.

El comedor social de Cáritas se mantendrá de momento en el mismo lugar hasta que esté construido el centro de baja exigencia de es Gorg, destinado a personas sin techo y con problemas de adicciones.

Por otra parte, Ribas definió el nuevo centro como «una pensión», un lugar donde dormir, con una lavandería, una ducha y una consigna para dejar algunos enseres, así como un comedor exclusivo para los usuarios y una sala de espera interior.

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El responsable de Benestar Social agradeció al PP que «no haya hecho una utilización política» de esta cuestión pero acusó al concejal de EPIC, Antoni Villalonga, de usar «la política del miedo» y de mostrar «una postura irresponsable mezclando conceptos y desinformando».

Las obras del nuevo edificio empezarán el próximo año con la demolición de algunas zonas, el refuerzo de la estructura y la rehabilitación del interior.

LA NOTA

Un albergue para gente que pasa una mala racha

El futuro albergue municipal estará destinado a personas “normalizadas” sin problemas de alcohol o drogas que necesitan una vivienda de manera eventual porque están pasando una mala racha.

Así definió Joan Ribas el perfil del usuario de este centro de media y alta exigencia que, necesariamente, tendrá que ser derivado desde alguna de las tres Unitats de Treball Social (UTS) del municipio.

“No habrá gente esperando en la puerta ni merodeando porque allí no se ofrecerá comida como en Cáritas, donde la gente hace cola para pedir”, explicó.

Será gente, según Ribas, “que no ha vivido nunca en la calle y que no pide limosna” y que, en muchos casos se ha quedado en la calle porque se le ha terminado un alquiler de renta antigua.