Imagen de parte del islote quemado y que el Govern reforestará con semillas de la menor de las Pitiusas.

Los propietarios del islote de s’Espalmador, los hermanos Norman y Rosy Cinnamond, siguen queriendo vender el islote a las administraciones públicas y mantienen el precio de 18 millones al contado y 20 millones si el pago se realiza a plazos. «La administración creo que debería hacerse con la isla porque es lo más beneficioso para todos. Existen muchos medios para que puedan hacer frente a la venta, por ejemplo, con fuentes de financiación potenciales como patrocinadores, filántropos de la conservación medioambiental, con fondos europeos, a través de fundaciones, con préstamos hipotecarios a un tipo de interés fijo muy bajo...», explica Norman Cinnamond, quien asegura que la isla puede tener «sus propias fuentes de financiación con el turismo, ya que se pueden organizar visitas guiadas pagando un canon y, evidentemente, se podría mirar de comprar con fondos de la ecotasa. Yo propongo fórmulas, pero no soy yo quien debe decidir cómo se debe actuar».

Ofertas

La propiedad del islote reitera que quiere que sea la administración quien lo compre y reconoce que han rechazado ofertas de particulares de 30 millones de euros. «La rechazamos porque pensamos que es una isla que debe estar en manos públicas; es muy especial porque tiene playas, acantilados, bosques...no tiene nada que ver con el resto de ‘piedras’ que hay en el mar. Es un patrimonio que debe pasar a manos públicas porque el mantenimiento a manos de un privado es más complicado». Por el momento, no se han producido nuevas conversaciones entre Govern, Consell de Formentera y los propoetarios. Sobre si cabe la posibilidad de que se reduzca el precio de venta para que la administración se haga con el islote, Cinnamond apunta que «de momento» no piensan en reducir estas cifras. «No vendemos bisutería; estamos vendiendo una auténtica joya natural», apunta y asegura que no se han marcado un plazo límite de espera. En este sentido tienen previsto retomar las conversaciones a partir de octubre: «Si la administración no se acaba de decidir, que yo pienso que se debería decidir, ya veremos lo que hacemos y qué decisión tomamos», en referencia a si existe la posibilidad de venta a particulares.

Los propietarios de s’Espalmador cuentan que con el boom turístico de los años 60 empezó una «degradación lenta» del islote hasta la actualidad: «En los barros puede haber unas 400 personas al día y en el conjunto del islote es incalculable. Hasta los años 60 era un paraíso terrenal», explica Cinnamond, quien asegura que «por suerte» no estuvieron el día que se incendió el islote por la bengala que, de manera fortuita, salió de un barco que estaba fondeado frente a s’Espalmador. «Si llega a haber viento hubiera sido un desastre», precisa el propietario del islote, quien asegura que no se hace un mantenimiento de las sabinas del islote: «Tienen mucha cantidad de resina que no se retira nunca con rama seca y eso aviva el fuego», precisa el propietario de s’Espalmador.

L A N O T A

«Cada año avisamos al 112 porque los turistas hacen barbacoas en la playa»

Norman Cinnamond destaca el incivismo de los turistas que recalan en aguas de s’Espalmador cada verano. «Nosotros cada verano llamamos al 112 porque vemos que hay turistas que hacen barbacoas en la playa. En cuanto a los barros, las barcas que traen a los turistas lo ofertan como una actividad más y eso no se debería hacer. De entrada, no se debería publicitar en las agencias de viaje ni en internet. Se han puesto unas cuerdas para balizar a modo de una especie de defensa, pero son dos hectáreas de charco; es imposible controlando». En este sentido, el propietario del islote exige una mayor vigilancia para controlar las actitudes incívicas de los turistas.