▲ La investigación. Lucía Buil es psicóloga y todos los temas del lenguaje siempre le han interesado, por lo que en la UIB vio la oportunidad perfecta para iniciar la tesis. Foto: JAIME MOREY

Se denomina trastorno específico del lenguaje (TEL), y aunque parezca algo sin importancia, afecta al tres por ciento de los niños baleares.

Se trata de un problema evolutivo en el procesamiento del lenguaje que se presenta en niños sanos sin otra patología y que afecta cronológicamente a su capacidad de adquisición del lenguaje, haciéndola muy irregular. Se puede empezar a detectar a partir de los cinco o seis años.

Lucía Buil, psicóloga de formación, es profesora en la UIB en el Grado de Educación Primaria. En su tesis La evolución de las dificultades de lectura en los niños y niñas con Trastorno Específico del Lenguaje estudió la capacidad para efectuar las tareas de lectura entre un grupo de niños con este problema.

«Hay muchas teorías pero no se sabe con certeza el origen en este trastorno» nos cuenta Buil. Esta profesora ha participado en un estudio de seis años para conocer más acerca de las limitaciones de los niños con trastorno específico del lenguaje. En la investigación se seleccionó a un grupo de niños de 6 años que tuvieran TEL, y se les hizo un seguimiento durante toda la época de la educación primaria (de los 6 a los 12 años). El objetivo era ver cómo evolucionaban en el tiempo las capacidades de lectura y la adquisición del lenguaje de los sujetos de estudio, además de compararlo con otros niños sanos para observar las diferencias.

Conclusiones

«Lo que se sabía era que las dificultades existían a nivel oral y escrito existían, pero con este estudio hemos averiguado también que las dificultades se dan en la lectura» comenta Buil. Los resultados han sido reveladores: hay una relación directa entre el trastorno específico del lenguaje y las dificultades de la lectura y, además, esas barreras se van modificando con el tiempo, aunque siempre tienen que ver con la comprensión. En los primeros cursos de primaria, el problema reside en saber descodificar la sílaba. En los últimos cursos, los alumnos son capaces de unir las letras y formar la palabra en su mente, pero les cuesta acceder al significado.

Esto es lo que se intuye, pero según cuenta Buil «hay muchos tipos de trastorno, algunos niños comprenden muy bien pero no producen adecuadamente el lenguaje, mientras que otros hablan bastante mejor pero no son capaces de extraer los significados de las palabras».

En cuanto al tratamiento y la prevención, la profesora nos cuenta que «depende mucho de cada niño porque los perfiles son muy heterogéneos». Lo que si que les va bien a todos los pequeños es la prevención: «Hay que trabajar el vocabulario de manera directa, tanto en el colegio como en casa, con juegos. Esto puede evitar que el niño desarrolle patologías».