«Además de su crecimiento, nos llama la atención la diversidad de actividades de las cooperativas de las Pitiüses», comentó la presidenta de la Federación de Cooperativas de les Illes Balears, Malena Riudavets, que ayer clausuró el acto de presentación de esta entidad en Eivissa.

Riudavets destacó que en el ámbito pitiuso han surgido iniciativas como un restaurante, servicios de catering, una asesoría jurídica, un equipo de profesionales de yoga o una de taxis, entre otras cooperativas de consumo y servicios.

«En Mallorca, aparte del agroalimentario, el sector con más fuerza es el educativo», señaló la presidenta de la FCIB, aunque añadió que se están incorporando cooperativas vinculadas al sector turístico que dan servicios a hoteles, ofrecen guías turísticos o animadores.

De las 200 cooperativas registradas en Baleares, 25 pertenecen a Eivissa y dos a Formentera. La mayor parte de ellas tienen entre tres y cinco personas empleadas.

Por tamaño, contrastan con las más conocidas: las cuatro cooperativas agroalimentarias de las Pitiüses, que aglutinan a unos 3.500 asociados y disponen de unos 30 empleados. Aunque «tanto unas como las otras son una buena respuesta a la crisis, pues ofrecen trabajo estable y de calidad», afirma Riudavets.

Y es que el 80% de los puestos de trabajo de las cooperativas son fijos y a tiempo completo, cuando en empresas mercantiles el 90% son temporales o a tiempo parcial, según los datos que maneja la FCIB.

Riudavets remarcó la fuerza económica de una fórmula de negocio «prácticamente desconocida» pero que espera que reciba un importante impulso con el Plan de Apoyo que está ultimando el Govern.

De este plan, espera que dé visibilidad a las cooperativas, además de validarlas como agente social generador de empleo.