En la imagen, el arquéologo Marcus Heinrich, y un miembro de su equipo durante la inspección de una cámara de explotación minera en la zona norte.

Bajo tierra, el puig de s’Argentera alberga una riqueza minera que desde el año 2010 estudia el arqueólogo alemán Marcus Heinrich Hermanns, quien además elabora el plan especial de patrimonio para la zona norte de s’Argentera, declarada BIC (Bien de Interés Cultural) en el año 2003.

Con la polémica por la reactivación de la cantera de esa zona, los vecinos de Sant Carles contactaron con este profesional para hacerle conocedor de la existencia de al menos dos pozos en la zona sur de este puig, donde también podría existir una actividad minera y, por tanto, restos arqueológicos. «Hemos estudiado la ladera norte, donde sí que hay restos de actividad minera. Visité la zona sur, que no había estudiado y localicé el Pou Gros, como lo llaman los vecinos, y otro pozo interesante. Del Pou Gros me llamó bastante la atención que está bastante alto (a unos 70 metros) y que es muy hondo porque al primer golpe de vista se aprecian 15 metros de profundidad. Me llama la atención esto porque un pozo no se hace con tanta profundidad por capricho, abajo tiene que haber un sistema de galerías. Sería interesante entrar en estos dos pozos para ver cuál era el sistema de galerías, si hay huellas de explotación o no y cómo son. Tengo mucho interés en bajar y explorar la zona sur del puig», explicó Heinrich.

Tras conocer la decisión de la empresa de no reactivar la explotación de la antigua cantera en s’Argentera, este arqueológo destacó que es «una buena noticia porque una cantera siempre es una herida; aunque pongas barreras para taparla, por ejemplo, siempre hay impacto visual, ruido, polvo. Desde el punto de vista arqueológico y personal me alegro de que no tengamos que temer que los restos patrimoniales de esa zona estén en peligro».

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