El fondo marino de las Pitiüses vuelve a aprobar, un año más, el examen al que es sometido por el informe de la Fundació Mar, a través del proyecto Silmar. Aún así, la biodiversidad no está fuera de peligro.

En las tres estaciones o puntos de control existentes en las Pitiüses se ha obtenido un 5,7 en Cala Salada (frente al 6,8 del pasado año), un siete en es Vedrà ante el 6,1 que registró den 2010 y un 8,8 (el pasado ejercicio fue un nueve) en Es Banc, en Formentera. Esta última puntuación es la más alta de los 19 puntos concretos de Catalunya y Balears que analiza este informe.

La coordinadora del proyecto, Evelyn Segura, resaltó a este periódico que en el caso de la estación de Sant Antoni se han encontrado «impactos bastante graves» en relación a la conservación de la biodiversidad: «Por un lado nos encontramos con la invasión de un alga roja que se pone sobre las praderas de posidonia y crece de forma desmesurada. Lo que hace es ahogar toda la vida que queda en el fondo marino. Es un alga estacional y su efecto es bastante perjudicial. Por otro lado, nos encontramos con los impactos de los fondeos», precisó. En relación a esta última cuestión, Segura indica que en la mayoría de las ocasiones es producto de la mala información. Por ello, instó a la necesidad de invertir «muchos esfuerzos en educar adecuadamente y en una guía de buenas prácticas».

En la zona de Sant Josep, por su parte, la coordinadora del informe apunta que el nivel de protección es «muy elevado» aunque también cuenta con otra amenaza: la caulerpa racemosa, otra especie de alga invasora. «En invierno este alga no desaparece sino que disminuye su tasa de crecimiento y también ahoga el fondo marino. Al ser un alga tóxica no tiene depredadores». Aún así Evelyn Segura señaló que se ha registrado una «pequeña regresión» en comparación con 2010 y que ahora procederán a estudiar para conocer el motivo de su disminución.

Por último, en el caso de la estación de Formentera, en Es Banc, Segura destaca que es la mejor puntuación de todas las zonas controladas, aunque indicó que esto no quita la existencia de amenazas para la conservación de la biodiversidad.

A pesar de todo, desde Fundació Mar apuntan que las praderas de posidonia están en «buen estado de conservación, pero no están libres de amenazas como puede ser por la contaminación o los fondeos. Tenemos que estar al tanto para que todas las amenazas estén minorizadas al máximo».