Josep Marí Ribas, Agustinet, agotó ayer sus últimas horas como alcalde en el acto de celebración de la Constitución, donde aseguró sentirse «desanimado» y «con un dolor importante» por tener que dejar hoy la alcaldía en un pleno que comenzará a las 12 del mediodía.

«Me lo tomo todo muy a pecho», reconoció el primer edil, que prometió «seguir trabajando para el pueblo» desde la oposición. «Somos diez concejales, no nos iremos a casa, volveremos con ánimos renovados», añadió Marí Ribas, que remarcó que han hecho reuniones con los nuevos gobernantes para llevar a cabo el traspaso de poderes. «No es un traspaso normal, no es porque haya perdido las elecciones, es una cosa atípica, no es ninguna fiesta, es un pleno de moción de censura, hace un poco de daño. Pero los ciudadanos no se merecen que dejemos liados los documentos, por lo que hemos intentado hacer una clarificación de los proyectos en marcha y he hablado con la futura candidata, con Neus, pero no en atención a ella, sino a los ciudadanos, porque los que me merecen respeto son los ciudadanos de Sant Josep. A mí esta gente que hace maniobras engañando a la gente no me merecen tanto respeto», añadió.

Indicó que si ahora hubiera elecciones en Sant Josep, algo que no permite la ley, quizás habría unos resultados «atípicos» por el apoyo que percibe por parte de la gente. «La moción es legal pero injusta. Dejaré de ser alcalde pero lo será una josepina de pro, de buena casa y que lo hará muy bien seguro», añadió.