Este vendedor consiguió captar toda la atención de los más pequeños a través de sus sonidos y sus movimientos | EVA MEDINA

Decía el presentador de la ceremonia de inauguración de la Eivissa Medieval, ante un Parque Reina Sofía abarrotado de niños y adolescentes, que «el futuro de la feria pasaba por ellos», y tras lo visto en la mañana de ayer podemos confirmar que éste está asegurado.

Los hubo de todas las edades, desde los más pequeños del colegio Portal Nou, que disfrutaron sobremanera viendo cómo un enorme dragón articulado rojo luchaba a muerte contra el rey en la representación inaugural, hasta el más de un centenar llegados desde el centro Vénda d'Arabí de Santa Eulària.

Todos al Mercat Vell

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Durante toda la mañana, unos y otros marcharon unidos de la mano entre los esfuerzos de sus profesores para que no se perdiera ninguno, entre caras de asombro cuando se cruzaron con un saltinbanqui que andaba sobre una bola gigante o con un titiritero que, acompañado de un cocodrilo muy especial, manejaba una marioneta con forma de caballero.

Mientras, los que tenían diez u once años se lo pasaron en grande en la zona de juegos instalada en el Mercat Vell. Aquí, sus responsables apenas podían contener las ganas de los más activos de participar en la gymkana preparada en la zona llamada Baqueta, mientras los más tranquilos intentaban resolver puzzles y juegos de inteligencia.

Más allá del Portal de ses Taules también había muchas cosas que llamaban su atención, como un herrero que trabajaba en directo en el Patio de Armas o un puesto de juguetes de madera para todas las edades instalado frente al Convento de las Monjas. Precisamente aquí su vendedor consiguió ganarse la atención de muchos de los adolescentes con un pequeño instrumento que, haciéndolo sonar con sus labios, simulaba multitud de sonidos curiosos, entre ellos los de un robot.