Aún hay quien se rasga las vestiduras pidiendo la dimisión de la ministra Delgado por haber llamado «maricón» y «nenaza» al actual ministro Marlaska en una conversación privada de sobremesa con el excomisario Villarejo, allá por el 2009. Es curioso cómo se la agarran con papel de fumar en la derecha por una conversación privada y más cuando desde allí no es que nos llamen maricones, sino que nos tratan como tales. La ministra ha demostrado ser una incompetente, mentirosa y homófoba, pero justamente esto último no es motivo suficiente para dimitir. En cambio sí que lo es por mentir y por quedar señalada por tratar con alguien tan siniestro, corrupto y oscuro como Villarejo. Si a cualquiera de nosotros -y digo cualquiera- alguien nos grabase en nuestras conversaciones privadas o saliesen a la luz nuestras charlas de whatsapp, seguro que enrojeceríamos de vergüenza y tendríamos muy difícil lo de justificar nuestras palabras. A los políticos hay que juzgarles por sus hechos y los hechos indican que el PSOE es un partido LGTBIfriendly gracias al cual España es un país moderno e igualitario. No olvidemos que muchos derechones que piden la dimisión de Delgado son los mismos que estaban en contra del matrimonio igualitario, para los que la ley LGTBI es una ignominia y que militan en el partido amiguísimo de los señores de HazteOir, así que menos postureo porque somos muchos los gays, lesbianas, trans y bisexuales que no olvidamos tantos años de odio y de haber mantenido en el Tribunal Constitucional el recurso contra la Ley de Matrimonio Igualitario hasta el final. Lo de enfangarse utilizando las cloacas del Estado para hacer oposición lo único que hace es retratarles aún más. Si ya de paso la ministra dimitiese nos haría un favor a todos, pero lecciones de según quién las justas.