Ahora todo es género. La palabra género se utiliza para todo. A cualquier cosa se le añade lo de ‘de género’ y parece más progre.

Por ejemplo, nos enteramos estos días que la Montón hizo un máster del montón titulado ‘Estudios Interdisplinares de Género’, ¡ahí es nada!, me pregunto en qué puede consistir ese máster, que chicha pudiera tener, sobre qué sesudos asuntos trataron los masterizados o remasterizados, los desiguales que tuvieron que ir a las clases de ese máster, me refiero. Recientemente un grupo de científicos españoles ha conseguido crear un medicamento que va a parar o ralentizar la metástasis del cáncer de colon.

Eso sí me parece materia importante, pero un máster de Estudios Interdisciplinares de Género, ¿para qué vale eso?, lo del género se arregla aplicando el código penal y mandando inspectores de trabajo a las empresas. Por lo visto, la Montón es especialista diplomada en Igualdad y en Género Interdisciplinar. Otros lo son en Alianza de Civilizaciones, incluso la presidenta Begoña es especialista en innovación en África.

Supongo que Torra dará en el futuro másters sobre la república de tu casa. Montón ha dimitido por hace un máster de género de una forma sui generis, pero lo que de verdad me preocupa son los tipos de másters se hacen hoy en España. Es como si se armaran carreras universitarias vacías para que no se desgasten los cerebros. Por si fuera poco, Sánchez va a pagar a 14 expertos para que estudien las consecuencias del no-cambio de hora que ya ha decidido Bruselas.

Una de los temas que van a diseccionar este grupo de lumbreras paniaguados es el impacto del cambio de hora sobre el género y la igualdad de los hombres y las mujeres. Creo que vivimos en la chorrada permanente.