El alcalde de Palma, Toni Noguera, ha cargado con gran dureza contra la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El motivo fundamental es que este organismo hizo público hace unos días un informe sobre la regulación de las viviendas turísticas.

En él se recomienda una revisión en profundidad de la normativa autonómica y local que ha proliferado en la materia al objeto de reducir la disparidad existente, algo que la Secretaria de Estado de Turismo Bel Oliver aseguró estar haciendo.

También alerta de que algunas normativas son altamente restrictivas con la actividad de alquiler de viviendas de uso turístico y además no tienen reflejo en la regulación de otros países de la Unión Europea. Como es habitual, cuando alguien dice algo que no nos gusta oír, rápidamente intentamos desacreditarle sin esforzarnos en convencerle de nuestros argumentos. Quizás porque carecemos de ellos, aunque no creo que este sea el caso.

La situación de emergencia habitacional que padece nuestra comunidad autónoma justifica las medidas restrictivas que se están aprobando, en mi humilde opinión.
La CNMC promueve y defiende el buen funcionamiento de los mercados en interés de los consumidores y de las empresas.

Es independiente del Gobierno y está sometida al control del Parlamento. Atribuir a este organismo una vinculación con el Partido Popular (afirmar nada menos que «es hija del PP») es una majadería que solo se puede sostener desde el pCNrofundo desconocimiento o desde la torticera intención de atribuir al PP -como habitualmente se hace- el origen de todos los males que padece nuestra sociedad a la vez que se niega cualquier decisión beneficiosa que hubiera podido adoptar.

Se puede estar a favor o en contra de sus actuaciones, pero abogar por su desaparición sin más como ha hecho Noguera, solo porque uno discrepa de una actuación concreta, es otro exceso que el alcalde de una capital de provincia debería evitar cometer.

Sostener que la CNMC es una herramienta neoliberal es otro error, porque se trata de un organismo que muy a menudo denuncia y sanciona comportamientos de empresas muy poderosas que atacan la libre competencia y generan situaciones de monopolio.

El alcalde no debiera ignorarlo. Me pregunto si no sería más provechoso intentar convencer con argumentos de peso -que los hay- antes que echarse al monte pidiendo un imposible como es la desaparición de la CNMC. El radicalismo no nos llevará a ningún sito aunque Noguera crea que le da votos.