Las políticas de movilidad del actual equipo de Gobierno han colapsado nuestra ciudad durante las últimas dos temporadas, están influyendo negativamente en el transporte público urbano y con otras localidades vecinas y están perjudicando la fluidez del tráfico del resto de municipios hermanos de la isla. Por sorprendente que pueda parecer, en un sentido muy similar se ha pronunciado recientemente el Consell Insular de Eivissa, gobernado por la coalición PSOE/Podem-Guanyem, no por el Partido Popular.

Hace pocos días y una vez más, el alcalde ha vuelto a arremeter contra los conductores, cuando bien es verdad que sus decisiones -equivocadas y erróneas, según mi opinión- en materia de movilidad y su falta de una correcta planificación de las obras municipales -acometidas en plena temporada turística- han convertido Eivissa en una ciudad intransitable, inhabitable y peligrosa, no solamente para los coches, sino también y sobre todo peatonales, los ciclistas y los motoristas, los más desprotegidos ante imposiciones en materia de tránsito urbano que son más fruto de la improvisación que de decisiones meditadas, estudiadas y consensuadas.

Los únicos responsables de los problemas de circulación en Eivissa son el señor Rafael Ruiz, el actual equipo de Gobierno y su falta de planificación, tanto a la hora de programar obras públicas -como la instalación de los contenedores soterrados de la avenida de España- como para implantar los sistemas de control de acceso Dalt Vila y Marina. Sobre este último, el Ayuntamiento ha tenido que aplazar su puesta en marcha -que acumula ya un retraso de casi medio año- para no disponer de los paneles que informan sobre las restricciones al tráfico rodado.

El periodo para instalar este sistema finalizó el enero pasado y el acta de inicio tendría que haberse firmado aquel mismo mes. A finales del mes de junio, nos encontramos con que la puesta en marcha del sistema se tiene que aplazar todavía más, porque el actual equipo de Gobierno se ha ‘olvidado’ de la señalización. Parece un ‘olvido’ muy similar al del cableado del edificio de Santa Margarita Sur, que ha retrasado su derribo y el poder disponer de 40 plazas de aparcamiento más a la ciudad, un proyecto que aún no tiene fecha de fin.

Todas las decisiones del actual equipo de Gobierno de Vila en materia de movilidad en estos tres años han sido un error y han agravado todavía más los problemas de tráfico de la ciudad, como la implantación de un fallido proyecto de cambio de sentido de las vías -sin consensuar, erróneo y a medio acabar-, el nuevo acceso Dalt Vila que obliga a sus vecinos a recorrer media ciudad para llegar a sus domicilios o la decisión de no ampliar la parada de taxis de la avenida Bartomeu Roselló, lo cual provoca dobles filas e impide la fluidez del tráfico. Y todo esto junto a la incapacidad del actual equipo de Gobierno de crear nuevos aparcamientos disuasorios, incluso en terrenos de propiedad municipal.

Respecto a la situación actual de la estación de autobuses, hemos asistido en los últimos días a declaraciones cruzadas entre el alcalde de Vila y la consellera de Movilidad del Consell Insular de Eivissa, la señora Pepa Marí, -ni siquiera ha contestado el presidente al que el alcalde aludió en primera persona-, que ponen de manifiesto una posible falta de sintonía (quizás derivada de una falta de afinidad o de diálogo; quizás derivada de aspiraciones políticas personales, sin duda, legítimas) entre ambas instituciones que agrava el problema de la movilidad en Eivissa.

Si el alcalde carga contra el Consell por el Centro de Transferencia Intermodal y dice que «no se entiende que siga cercado», la consellera le contesta que las obras del Cetis no dependen del Consell. Si el alcalde dice: «Si llegamos a las elecciones con la estación cerrada, será un fracaso, pero principalmente del Consell» o que «el Consell ha puesto muchos problemas, a veces muy difíciles, de comprender», la consellera le responde: “No sé en qué se basan las críticas. Nosotros intentamos dar la máxima celeridad a los trámites, pero las obras, y nadie nos ha dicho que estén finalizadas, no están en nuestras manos”.

Yo le preguntaría al PSOE si, a la vista de la pelea de taberna que mantiene hoy entre Ayuntamiento y Consell, cree que su oposición sobre la estación de autobuses durante el anterior mandato del Partido Popular fue honesta, honrada, proporcionada, justa y ética. Le evito el sonrojo al Partido Socialista y al señor Ruiz González; no contesten.

Aclárese, señor Ruiz González. Quo vadis? ¿Va de candidato al Consell Insular y ya ha iniciado unas primarias con el señor Vicent Torres, después de dejarnos en herencia a todos los vecinos y turistas de Eivissa una ciudad de 11 kilómetros cuadrados colapsada, inhabitable e intransitable? ¡Miedo da pensar qué haría usted con la movilidad de toda la isla disponiendo de 573 kilómetros cuadrados! Váyase donde quiera, ¡pero váyase!, porque, mientras siga usted, ni peatones, ni ciclistas, ni motoristas ni conductores podremos andar o circular por nuestra ciudad. #PSOEStyle.