Nada hay más provechoso y fructífero que presentarse como víctima. El ser humano tiende a empatizar con cualquiera que esté sufriendo una situación injusta sin haber hecho nada por merecerla. Es fácil sentir compasión y lástima por alguien que denuncia ser víctima de una campaña coordinada para perjudicarle. Pero para hacerlo exitosamente, uno tiene que estar libre de sospecha y en ningún caso haber obrado mal. Ni siquiera que lo parezca remotamente. Obviamente no es el caso del magistrado Manuel Penalva, que hasta ahora instruía el ‘caso Cursach’, un caso de gran complejidad que ha acabado por devorarle. Aunque él intentó, al rechazar la recusación presentada por algunos acusados, aparecer como la víctima de una campaña orquestada «con la finalidad de desviar la atención de los graves hechos criminales investigados», lo cierto es que la Audiencia Provincial no ha atendido a tan infundados razonamientos, sino a los hechos puestos sobre la mesa.

Aún queda un resquicio para confiar en la Justicia, porque tras conocerse el intercambio de ‘whatsapps’ entre el juez y la ‘madame’ querulante, no se podía hacer otra cosa que apartar del caso al magistrado que tan estrecha e inapropiada relación había entablado con una testigo protegida. En efecto, no puede resultar incólume que un juez instructor encargado de investigar graves hechos delictivos, se refiera a los investigados en una causa como «esos hijos de puta». Mucho menos que diga que va a acabar con ellos. Porque parece que ha perdido su imparcialidad aunque no lo haya hecho (que yo creo que sí lo hizo hace tiempo). Esta apariencia de pérdida de imparcialidad ha acabado por apartarle del caso. Y no han sido los abogados Vicente Campaner ni José Ignacio Herrero quienes han asestado el golpe definitivo a Penalva. Ni mucho menos Última Hora, que cumplió con su obligación al publicar la conversación. Fue su improcedente locuacidad por ‘whatsapp’.

El juez Miguel Florit asumirá la causa, pero es dudoso que el testimonio de un narcotraficante como ‘el Ico’ le parezca tan fiable como a Penalva. Mientras Tolo Cursach cumple su primer año en la cárcel, nos queda la duda de saber si el fiscal del caso continuará siendo Miguel Ángel Subirán, cosa harto dudosa cuando la propia Fiscalía Anticorrupción se pronunció a favor de la recusación del juez que había obtenido amparo del CGPJ, de forma poco provechosa para él.