Voy a intentar reprimir mi vena sarcástica, porque la actual situación afecta a mucha gente de Ibiza que depende como agua de mayo de la aportación dineraria que cada año nos deja el turismo. Pero si fuera por los políticos les diría lo que de todos modos acabo diciendo cada año: son unos derrochadores y además la mayoría no entiende de turismo. Basta ver la cara de la consellera del ramo en el Govern Balear, con ganas de empezar a repartir los lazos amarillos de la tieta, para defender a los delincuentes de su partido ERC, encarcelados por haber organizado un golpe de Estado con el dinero de todos los españoles.

Turismo de invierno, dicen, ‘Better in winter’. En Mallorca no lo sé, pero en Ibiza y Menorca pueden morirse de aburrimiento, todo lo contrario del verano donde los peligros vienen de la masificación.

Políticos que nos cuestan cinco millones de euros cada año, aunados a los hoteleros, manifiestan cierto miedo a que baje el turismo. La temporada 2018 será igual o menor que la pasada. Y les parece un desastre. Pues no, el desastre es ahora: si quieren seguir conservando el turismo en Ibiza, reduzcan al menos un 30% el número de visitantes (no digo el beneficio).

Este porcentaje o incluso mayor es el turismo que han usurpado las Baleares a Egipto, Turquía, Grecia, Marruecos, Jordania, Israel, Siria. No son nuestros turistas, solamente nos los prestaron, a partir de aquel invierno de 2010 cuando la policía marroquí arrasó el campamento saharaui en las afueras de El Aaiún. Después vino Túnez y todo lo que siguió y nos enriqueció.

Ibiza ha recibido unos 5 millones. Devuelvan uno y medio cuanto antes.
@MarianoPlanells