La luz y la Navidad no han llegado este año a Eivissa. Mientras otras ciudades convierten las navidades en un reclamo a partir de la luz y los árboles navideños, el equipo de Gobierno de Vila ha dejado este año prácticamente a oscuras muchas zonas del municipio con una importante actividad de pequeños comercios que tradicionalmente siempre se iluminaban. Del total de vías de nuestra ciudad, PSOE y Guanyem han decidido iluminar por decreto solo una docena de ellas, 12 calles y media para ser exactos, si sumamos la entrada de la avenida de Ignasi Wallis.

De este modo, han quedado fuera del alumbrado navideño calles del centro y del resto de barrios con comercios ‘de toda la vida’ tan importantes como Catalunya, Castilla, Extremadura o Bisbe Huix, por citar solo algunos ejemplo, lo que demuestran una falta total de sensibilidad y de compromiso con los pequeños y medianos comerciantes de la ciudad, perjudicándolos en la campaña de Navidad, que supone uno de los mayores porcentajes de la cuenta de resultados del año.

Es precisamente en estas fechas y durante la temporada baja cuando este sector comercial necesita más respaldo por parte del Ayuntamiento y este apoyo debería haberse traducido en un mayor diálogo y una mayor coordinación con los comerciantes de la ciudad para programar y desarrollar la campaña navideña, algo que no se ha producido. Mientras otras instituciones cumplen con su obligación como administraciones públicas de prestar apoyo a este importante sector económico -como las sucesivas campañas realizadas por el Consell Insular bajo el lema ‘Compra en petit’-, el Ayuntamiento de Eivissa se dedica a boicotear sistemáticamente a los pequeños y medianos comerciantes de Vila.

PSOE y Guanyem le han dado la espalda al comercio de Eivissa recortando la iluminación de Navidad y lo hacen con los comerciantes tradicionales, los que realizan un gran esfuerzo para abrir sus establecimientos durante todo el año y no solo durante la temporada turística. El alcalde y su equipo de Gobierno deberían realizar un pequeño ejercicio de empatía y ponerse en el lugar de estos pequeños comerciantes, que dependen en gran medida de los ingresos de estas fechas navideñas. Esta es una muestra más de la prepotencia del alcalde y de su equipo de gobierno que no cuentan con el grupo mayoritario en la oposición, pero tampoco con los colectivos y asociaciones de la ciudad.

La iluminación navideña a media luz y a retales que ha impuesto el alcalde Rafael Ruiz en el municipio de Eivissa no tiene precedentes en el Ayuntamiento. En 2010, la entonces alcaldesa socialista Lurdes Costa y su gobierno (del que Ruiz era concejal de Deportes) iluminó 32 calles en horario de seis de la tarde a medianoche los días laborables, hasta una de la madrugrada los fines de semana y hasta las tres de la madrugada las fechas señaladas como Navidad o Fin de Año. Rafael Ruiz, 12 calles y media, de lunes a jueves, de las 18 a las 22 horas; viernes, sábados y domingos de 18 a medianoche, y los días 24 y 31 de diciembre y 5 de enero, de las 18 horas a 2 de la madrugada. La alcaldesa socialista creía que era “bueno crear un poco de ambiente navideño”.

Pero es que además la tacañería iluminadora de Ruiz tiene truco. No es una cuestión de solidaridad; no hay una razón medioambiental detrás; no es un tema de ahorro energético o económico; ni siquiera es porque al alcalde -como a Ebenezer Scrooge- pueda disgustarle la Navidad; es una simple cuestión de fechas. Así, Ruiz y su gobierno redujeron a la mitad la partida económica para alumbrado navideño en las cuentas del Ayuntamiento de 2016 y 2017, pasando de los 150.000 euros presupuestados por el gobierno del Partido Popular que les había precedido a los 75.000 euros de los dos últimos años. Esto, solo sobre el papel, porque, finalmente el contrato de servicios para la instalación, montaje y desmontaje de la iluminación ornamental navideña para este año ha acabado siendo adjudicado en 170.186,5 euros (impuestos incluidos), el doble de lo presupuestado. Con la misma partida de otros años, el equipo de Gobierno ha acabado por dejar totalmente a oscuras determinadas calles y otras a medio iluminar, lo que representa una muestra más de su mala gestión y su improvisación que dañan la imagen de la ciudad.

El presupuesto para el próximo año sí vuelve a recoger una partida de 150.000 euros para el alumbrado de las navidades de 2018… las que se celebrarán cinco meses antes de las próximas elecciones municipales y seguro que en esa ocasión, el alcalde y los concejales de PSOE y Guanyem meditan mejor su colocación (la de las luces, me refiero). Mientras tanto, serán los comerciantes los que tendrán que pagar con cargo a sus ventas las pocas luces de este gobierno hasta que se aproximen las elecciones municipales de 2019. Y todo esto puede ser muy lógico desde una clave electoral y partidista, pero desde luego no tiene nada que ver con el espíritu de la Navidad.