Las piezas artísticas del monasterio de Sijena que se depositaron muy tendenciosamente en el Museo de Lérida están siendo estos días devueltas por orden judicial a Aragón. Es decir, con el beneplácito del Obispado estas obras se vendieron a la Generalitat que las pagó, pero ni curas ni independentistas dejaron que el gobierno aragonés ejerciera su legítimo derecho al tanteo. Es como si se vende la catedral de Ibiza al arzobispado de Tarragona y se impide que el Govern Balear tenga derecho a pujar en el asunto y a quedársela siendo, encima, el legítimo propietario patrimonial y territorial de ese bien cultural. Cosa bien distinta ocurrió cuando se esquilmó el Archivo de Salamanca. Los papeles de la guerra y posguerra civil que formaban en ese archivo una unidad documental, fueron desgajados porque Zapatero decidió cargarse un archivo nacional y complacer a Pujol & cia. Lo cierto es que la Judicatura ha estipulado que hay que devolver los tesoros de Sijena a Aragón y se ha montado el lío padre y ahí están los cuatro de siempre protestando en las puertas del Museo de Lérida y ampliando ese victimismo ya grimoso, incluso uno dice que un mosso le dio un porrazo por no quitarse de en medio. Es decir se aprovecha todo, pero ¿para qué?: la gente está harta del victimismo que ejercen constantemente un grupo de ciudadanos con DNI español y ahora con estos antisijena montando el número habitual. Cabría recordar que en 1936 el monasterio de Sijena fue pasto de las brutalidades de los milicianos catalanes que arrasaron el conjunto; pero eso no se dice, no interesa porque lo que interesa es que Aragón roba obras artísticas depositadas en Cataluña y con esa copla se quedan muchos que afortunadamente cada vez son menos.