Como los catalanistas en Baleares no tienen a casi nadie enfrente se creen invulnerables. Pueden decir cualquier burrada, que en caso de pifiarla ya harán como sus primos de zumosol de Cataluña: presionarán a los jueces y seguirán demonizando, con razón o sin ella, al Partido Popular, cuyo único defecto es no haberse plantado ante las ilegalidades continuadas y los abusos del catalanismo.
Voy a explicar un secreto que nunca antes había contado. Yo no soy votante del PP, pero en las últimas elecciones voté la candidatura al Senado, por varias razones, una de ellas, esta cámara es la clave para aplicar el artículo 155. Yo sabía con toda seguridad que en esta legislatura se tendría que aplicar, como así ha sido. Pues bien, en la próxima no le votaré ya ni el Senado en vista de la aplicación meliflua e inerme del citado artículo constitucional. A estas alturas me temo que después del 21 de diciembre vamos a tener un problema mucho peor que antes y todo por haber convocado estas elecciones a toda prisa, sin tiempo ni margen para higienizar la política catalana y su red clientelar. Pero así es Rajoy, un funcionario al que le repugna la responsabilidad y las dificultades sin final previsible y manipulable.
Para ello al PP le da igual mentir o ignorar la realidad. Uno de sus ministros dijo algo así como que en Cataluña no hay adoctrinamiento. Esto le encantaría a nuestro consejero Martí March, un oscuro personaje que sirve con diligencia a los intereses totalitarios del catalanismo. Ahora no chirría demasiado, porque como el los hay a miles y en Ibiza hay unos cincuenta.
De modo que no solo adoctrinan -la simple inmersión es un delito contra los derechos humanos, al no permitir la escolarización en la lengua materna. También necesitan hacer dos cosas: negar este lavado de cerebro a los niños de los demás y poner en la diana al partido que bien que mal defiende la Constitución española. Porque hoy es más que evidente que están estos catalanistas baleáricos defendiendo el golpe de Estado de estos delincuentes catalanes. Y ansiosos por sumarse a la rebelión, aun hurtando el futuro de los niños ajenos y tratando de imponer una minoría supremacista a la gran mayoría del millón y cuarto de habitantes de Baleares.
@MarianoPlanells