Empieza a calar en la opinión pública ibicenca que el Consell d’Eivissa se encuentra en una situación delicada, no solo por la salud de algunos de sus miembros, que respetamos profundamente y queremos que se recuperen lo antes posible, sino por el bajo grado de ejecución de las inversiones. En el debate de TEF del miércoles por la noche se escucharon demasiadas excusas que son difíciles de aceptar. No es admisible que a finales del mes de septiembre la ejecución de la inversión en el Consell fuese del 9 por ciento, y menos admisible aún que PSOE y Podemos digan que se trata de un problema de personal, que hay pocos funcionarios, y que por eso las cosas van tan lentas. La carretera de Jesús, de apenas un kilómetro, no depende de ningún funcionario y por todos es conocido cómo se hizo y cómo está. Que no se haya avanzado ni un centímetro en la gestión de residuos depende más de la voluntad política que del trabajo de los funcionarios. Y de la apertura del Cetis, igual. La gestión de la ITV pide a gritos que se dé íntegramente a la iniciativa privada, sin complejos. En Mallorca no hay lista dede espera para pasar la inspección del coche y el Consell mallorquín, que se planteó en recuperar la gestión del servicio, ha dado marcha atrás. Por puro sentido común. De la situación de Cas Serres ya han hablado los sindicatos, poco sospechosos de atacar gratuitamente a la izquierda, y de la política cultural no hace falta ni recordar el lío que se ha armado con el retablo de Jesús. Eso sí, en anuncios son unos fenómenos. Por cierto, nunca más se supo de los famosos e íntimos ‘Consells a la plaça’. Eso sí que era una pérdida de tiempo y dinero. Y de vivienda ya hablaremos a final de legislatura.