La Peña Deportiva ha tomado una decisión que ha alterado el orden del pueblo de Santa Eulària: prescindir de prácticamente el cien por cien de sus jugadores ofensivos para el proyecto de Segunda División B. Salvo Pepe Bernal, renovado, todos los demás están fuera. Diego Piquero, Juan Carlos Ortiz, Ramiro González, Winde Samb, Borja Pando, José Carlos Moreno y Cristian Terán no jugarán el próximo curso con la camiseta peñista. El último emprendió rumbo directamente a la UD Ibiza y los demás recibieron una llamada del secretario técnico, Raúl Casañ, que les notificó el adiós.

Resulta especialmente llamativo porque la zona del equipo que más elogios recibía la temporada pasada era precisamente la de arriba, la del centro del campo hacia delante. Todos enaltecían la artillería de los santaeulalienses, poblada por jugadores de calidad, con capacidad de desequilibrio y gol.

Está claro que la categoría de bronce no es la Tercera División balear y que los clubes, en ocasiones, se ven obligados a tomar decisiones duras. Sin embargo, más que una decisión dura, la de prescindir de todos los atacantes parece arriesgada. Primero, porque se deja de contar con algunos futbolistas comprometidos e identificados con el club y, segundo, porque habrá que ver si los fichajes son capaces de hacer olvidar a estos jugones.

Más vale que la Peña consiga la permanencia. De lo contrario, más de uno se va a acodar de esos jugadores a los que se dejó en la calle a falta de apenas una o dos semanas para el inicio de la pretemporada de los distintos equipos de España. Lo peor es que, a la mayoría, se les dijo de palabra que se contaba con ellos tanto en Tercera como en Segunda B. Pues menos mal. Ibiza es muy pequeña y todo se sabe.