Nos solemos mover por impulsos irracionales y como los hoteleros pitiusos se dieron cuenta de que llenaban sus habitaciones de cualquier manera, subieron los precios. Al mismo tiempo, los propietarios de pisos o apartamentos descubrían una mina de oro en el alquiler alegal o incluso ilegal.

El resultado desastroso no se ha hecho esperar: Ibiza es un sitio inhabitable, los precios son abusivos y lo alquileres turísticos están creando una situación crítica entre las filas del Govern Balear y mucho malestar entre los ibicencos, que saben que el nivel de vida ya se ha desquiciado y tienen solo estos meses de verano para equilibrar el presupuesto anual.

Algunos viven de milagro o peligrosamente, porque si pagas impuestos se va toda la gracia, pero si no lo haces te arriesgas a diversas sanciones de envergadura. Con una carga de población densa en exceso y que las infraestructuras no pueden absorber ni resolver.

Ya hace varias temporadas que la isla sufre problemas serios para abastecerse de agua potable, al menos mínimamente consumible. Y sobre las aguas sucias, mejor no menearlo: las depuradoras no pueden con tamaño caudal y las aguas excrementales rebosan y se evacuan directamente al mar. Esto, mientras los emisarios no revienten. No es necesario repasar la lista de desgracias, las tenemos presentes a diario y todos sufrimos sus consecuencias.

La situación toma otro cariz inesperado desde el momento en que los hoteleros no puedan vender sus alojamientos de agosto. Rebajan precios de una forma drástica. En pleno julio ya se conocen rebajas del 40% y no solo en San Antonio o en Ibiza. La cadena Meliá anuncia descuentos del 45 y encima te dan puntos para sus sorteos.

Los hoteleros se apuntan al gremio de los jinetes que arrancan como un caballo, pero con parada de asno. Su política ocasionará estragos en alojamientos de rango inferior y serán estos quienes soportarán las consecuencias del castañazo.

Que nadie se queje, nos hemos de someter al principio de oferta y demanda y no esperen que el Govern Balear solucione nada. De nada.

@MarianoPlanells