Jean Serra, nuestro gran escritor ibicenco, aunque natural de Argelia, publicó hace poco en Edicions Aïllades un dietario en el que demuestra que estamos ante uno de los mejores escritores en lengua catalana, aunque su obra, su eco, su voz, por razones que ignoro (o no), no está nada reconocida. En realidad, le pasa un poco como a su amigo Villangómez cuya obra tardó bastante en valorarse debidamente y de hecho todavía no lo está. Son Jean Serra y Villangómez dos escritores que estarían en la cima del canon de cualquier literatura que se precie a sí misma, no es el caso. Sorprende que los departamentos de filología de por lo menos la UIB no salgan estudios sobre estos escritores o sobre otros, como el mallorquín Antoni Serra, será cosas de las capillitas o expresión de la bajeza de la universidad balear. Alba o posta viene a ser un diario de retazos de la vida de Jean Serra en Ibiza, pero no es un libro localista sino todo lo contrario, trasciende el ámbito ibicenco para dejarnos jugosas reflexiones sobre la naturaleza, el sentido de la vida, el respirar día a día, el amor al libro, elucubraciones sobre el sic transit gloria mundi. «Desitjo contemplar amb més plenitud, si m´es posible, aques petit racó del món on visc», escribe nuestro poeta empuñando el arma de la palabra y sobre todo su coherencia. Esta tarde he quedado con Xavier Pla, profesor de la Universidad de Girona y quien más sabe en España de dietarios (por ejemplo los de Josep Pla) y le voy a pasar este Alba o Posta de Jean porque en estos tiempos de incultura tenemos la obligación de rescatar y valorar la verdadera cultura, la elegancia, la fineza, no nos queda otra.