Resulta que casi media isla no tiene suficiente agua potable para sus residentes, y me refiero a Sant Josep, mientras que en Santa Eulària hace tiempo que tenemos una nueva potabilizadora de agua de mar inoperante. Y es que, al parecer, hay un sobrecoste de 26 millones de euros que nadie quiere pagar. Es lo que se dice desde Madrid y desde Palma y así pasan los días.
Pienso que lo importante es ponerla en marcha ya mismo para que el agua desalada pueda circular por el anillo de interconexión y acabar con la sed que sufren muchas personas residentes en Sant Josep. Pero es que también necesitan más caudales, entre otros lugares de Santa Eulària, en Roca Llisa, es Canar, Cala Llenya, es Figueral…
Y viene de visita oficial el conseller de Medi Ambient, Vicenç Vidal y manifiesta que se van a utilizar fondos de la ecotasa para evitar una subida de las tarifas. El caso es que no he visto que el conseller Vidal haya dicho que la desaladora se pondrá en marcha, que es lo que Eivissa necesita. Así que no queda más remedio que alguien del Govern Balear o del Gobierno Central se decidan a encontrar una solución rápida y pragmática para poner en funcionamiento la desaladora que Eivissa necesita.
En cuanto a la ecotasa se refiere, me da la impresión que solamente sirve para marear la perdiz y obtener dinero fresco para el Govern balear. En realidad, la ecotasa se debería ingresar totalmente en todos y cada uno de los ayuntamientos y así tener más presupuesto para poder afrontar mejoras medioambientales. Así lo hacen en Europa, pero aquí quien manda y ordena es Mallorca. ¿Capito?
Y sigo con las aguas residuales del municipio de Eivissa, que bien pronto serán evacuadas por el nuevo y flamante emisario submarino que se está construyendo en Botafoc. El caso es que serán vertidas en la mar sin estar bien depuradas y no contaminarán directamente a Talamanca, pero sí sus cercanías. Es decir, seguirá contaminando el litoral. Y lo más extraño, pienso, es que ningún político hable de la nueva depuradora que se ha de construir en Sa Coma. Hay un silencio sepulcral y habrá que ver si los presupuestos estatales contemplan alguna partida para dicha instalación. A no ser que el diputado del PP, Vicente Marí Bosó, se apunte un buen tanto. Y es que si no hay dinero para una nueva depuradora, apaga y vámonos.