Cuando la semana pasada la consellera de Salud, Patricia Gómez, visitó Ibiza, al ser preguntada por el estado de las negociaciones para lograr la gratuidad -o al menos el abaratamiento de su precio- del aparcamiento del hospital de Can Misses, soltó tal retahíla de tópicos que quedó claro que sus evasivas eran sencillamente las excusas de un mal pagador. Dijo que se está trabajando en ello desde el primer día, que la modificación de la concesión es algo muy complejo y que se trata de un proceso bastante largo. Vamos, que ya pueden los residentes en Ibiza y usuarios del hospital quitarse de la cabeza no tener que pagar por aparcar, o hacerlo más barato que ya sería un consuelo, porque no lo verán sus ojos en esta legislatura. Esta es mi apuesta y quisiera equivocarme. Es curioso, porque también debió ser muy difícil modificar la concesión en el hospital de Son Espases en Mallorca, y allí lo lograron hace ahora casi un año, cuando se bajó el precio de 1,60 euros la hora hasta los 1,22 euros que pagan actualmente los usuarios. En Ibiza cada hora cuesta 2,10 euros. Aquí todo va más lento y es más caro. Las iniciativas de El Pi y del PP para que, vía enmiendas a los presupuestos, se consiga la gratuidad de los aparcamientos de Can Misses y Son Espases -que es un compromiso electoral- topará contra el muro de los partidos que apoyan al Govern. Y uno se pregunta si es que ellos no utilizan la sanidad pública o es que les sobra el dinero para dárselo a las empresas que explotan tan lucrativamente dichos centros hospitalarios a los que nadie acostumbra a ir por gusto, o es que sencillamente les importan poco sus promesas electorales. Ahora tendrán la oportunidad de demostrarnos lo equivocados que estamos, votando a favor de estas enmiendas que no habría un solo ciudadano en toda Ibiza que no las apoyara.