Carmena quiso crear un Banco y Colau quiere crear una moneda virtual para dinamizar el comercio en la Ciudad Condal, pero a la vez quiere echar a los cruceristas (mejor para Ibiza y Mallorca), no quiere que se hagan hoteles de lujo con clientela que deja mucha pasta, pero quiere remover la economía barcelonesa creando su propio bitcoin seguramente con barretina o con pan tumaca. El Banco de España ya ha señalado que esta alcaldesa no es la autoridad monetaria. Colau no es el Banco Central Europeo y mucho menos la Reserva Federal de aquel Alan Greenspan que nos sacaba locos. Pero a Colau y su coleguitas se pasan los consejos de la casta por el forro. Un día proponen quitar a Colón y al siguiente crear una moneda, y mañana Dios proveerá, son capaces hasta de crear una nueva cienciología: ellos tienen la cultura de la autogestión y de lo asambleario en el cuerpo y quieren meternos con calzador en su mundo, aunque son muchos los que no comulgan con tales ruedas de molino. ¿Sirve para algo el Estado supra autonómico?: porque a veces si hay que decir que no, habrá que decirlo. Que hay un orden constitucional y cada zapatero a sus zapatos. Ni Carmena está para decidir cómo son los centros de acogida de los emigrantes ilegales, ni Colau está para crear monedas virtuales: están para pasar el recibo de la contribución, para tener la ciudad higiénica (por lo menos sin ratas), para que funcione el tráfico y para que la gente normal pueda hacer sus negocios y vida: para nada más. No tienen ni que darnos moralina, ni sustituir al Fondo Monetario Internacional ni a la ONU. Ripio: están para resolver el día a día de la ciudadanía desde sus concejalías. Cada institución tiene una función perfectamente acotada y a eso deberían limitarse, a currar en el cargo para el que, por cierto, no han salido elegidas porque son alcaldesas no por mayoría sino porque otros partidos así lo han querido.