Por mi edad he acumulado ya unos años de experiencia. Fuí redactor parlamentario durante 20 años. Por lo tanto, eso significa que he conocido a muchos políticos. Algunos buenos y otros, muy malos, pero lo que he visto desde hace unos meses en Sant Antoni supera todo lo visto durante dos décadas. Resulta que cuando una noticia no gusta, se desprestigia al medio, a la información, y a todos los periodistas que trabajan allí. Son mercenarios, vendidos o gusanos. Es lo que acaba de ocurrir con la noticia sobre el vestuario de invierno para los policías locales. La noticia se contrastó, como todas, y es verídica. Por falta de previsión, no hay trajes de invierno ya a finales de octubre. O es por incompetencia, pero eso ya lo dirá la oposición de Sant Antoni, si es que aún existe. Como desmentir una noticia verídica resulta imposible, el tal Valdés se dedica a hacer bromitas en facebook mofándose del tema. Le parece increíble que un periódico informe de «estas tonterías», pero en cambio está encantado de que el diario amigo no dé ni una sola noticia negativa sobre Sant Antoni. Tampoco le importó salir en una doble página en nuestro periódico hace unos meses. El resultado de la metedura de pata de Valdés es que el viernes por la tarde se bloquearon toda la retahía de bromitas de facebook, pero la indignación en las redes continuó. Ellos sabrán lo que hacen, pero que dejen a los periodistas hacer nuestro trabajo. Con no leernos y boicotearnos tienen suficiente. Pero no nos callarán aunque nos ninguneen y nos insulten a diario. Que pregunten a los de la «banda del salami».