Desde el año 1992 hay grupos de organizaciones indígenas, políticos e intelectuales, especialmente en América, que acusan a Cristóbal Colón de exterminador y genocida, pero la realidad es muy diferente. Colón descubre las Bahamas en octubre 1492 y continuó navegando y descubriendo nuevos territorios hasta el 7 de noviembre de 1504, que desembarcó en Sanlúcar de Barrameda. La mayor parte del tiempo lo pasó en la mar, alternó estancias en España y en La Española, isla en la que conviven hoy dos estados diferentes: Haití y la República Dominicana. Colón, en recompensa a las tierras descubiertas, fue nombrado Almirante, Virrey y Gobernador. En octubre de 1500, Francisco de Bobadilla lo envió preso y encadenado a Castilla. En calidad de gobernador era el encargado de aplicar la justicia ordenada y regulada por los Reyes Católicos. De manera que no se puede afirmar que Colón era una persona cruel, sino que, cuando estaba en tierra, como gobernador que era, aplicaba las mismas leyes y penas que en el resto de las ciudades españolas.

Es cierto que hubo gran mortandad entre los taínos que poblaban La Española, pero también es un hecho incuestionable que Colón, en su segundo viaje de 1493, embarcó ocho cerdas enfermas de gripe porcina en la Gomera que contagiaron la enfermedad a la población de La Española, causando una epidemia que mató a miles de indígenas

La conquista

Después de la descubierta del Caribe y de la tierra firme por Colón, que falleció en 1506 en Valladolid, siguió la exploración, conquista y colonización de América. En La Española, ya sin Colón, administraban la isla Francisco de Bobadilla, después Nicolás Ovando, y ejercía de gobernador en Cuba, Diego Velázquez de Cuellar.

Llegamos así a la conquista de México por Hernán Cortés y a otros conquistadores como Vasco Núñez de Balboa, Francisco Pizarro...

Se ha calculado que el 95 por ciento de la población total de América (entre taínos, arawacs, aztecas, incas y mayas) murió en los aproximadamente 130 años después de la llegada de Colón. La Corona española introdujo el trabajo servil para los indígenas y el régimen esclavista. Unos acontecimientos en los que Colón no tuvo arte ni parte.

Tampoco se puede olvidar la participación de Portugal, Inglaterra, Alemania, Francia y Holanda en los ‘asuntos’ americanos, y de ninguna manera se puede relacionar a Colón con la "Conquista del Oeste Norteamericano", de consecuencias trágicas para sus pobladores, que fueron aniquilados o enviados a las ‘reservas’.

La exclusión

Poco después de la descubierta del Nuevo Mundo por Cristóbal Colón, cuya soberanía fue otorgada por el Papa Alejandro VI a los reinos de Castilla y León, llegó la prohibición real de comerciar con América a los súbditos de la Corona de Aragón: a los catalanes, aragoneses, valencianos y baleares. Y tuvo que ser el rey Carlos III, en el siglo XVIII, que levantó la prohibición. Es decir, el extermino de indígenas en América, o genocidio como dicen algunos historiadores (Philip Wayne Powell, por ejemplo), hay que atribuirlo en primer lugar a los españoles y después a los colonizadores de otros países europeos.

El ADN perdido de los precolombinos

El análisis genético de las momias precolombinas reaviva los ecos de la "leyenda negra española" con sus evidencias sobre el exterminio de las poblaciones nativas. En El País, edición del día 4 del mes actual, se dice textualmente: "La historia del ADN mitocondrial de las momias –el que sólo se transmite por línea materna- es que, poco después de la colonización original del continente (15.000 años antes de la llegada de las naves colombinas), se establecieron por todo él decenas o cientos de poblaciones pequeñas y aisladas entre sí. Y el hecho más llamativo es que ni uno solo de estos linajes de ADN mitocondrial se ha podido encontrar en las poblaciones nativas actuales. Algunas momias tienen poco más de 500 años, de manera que todo indica que las poblaciones a las que pertenecen desaparecieron después de la llegada de los españoles. El cuadro, pues, sigue pintando muy negro, pero ya no se trata exactamente de una leyenda. Qué pesadilla».

En consecuencia, puesto que Cristóbal Colón era súbdito del rey Fernando el Católico, catalanohablante y judío converso, los que habitamos en territorios de la antigua Corona de Aragón y el pueblo de Israel podemos estar muy orgullosos del descubridor de América, que era uno de los nuestros.